Donostia. El Gipuzkoa Basket afrontaba el partido ante el Rio Natura Monbus con dos objetivos. El primero, seguir con su buena línea de juego reciente. El segundo, evidentemente, alcanzar el cuarto triunfo del curso. Sin embargo, no logró ni una cosa ni otra. El GBC recordó más bien al equipo que dio una pobre imagen en la tercera jornada frente al Joventut y perdió por 63-67 ante el conjunto gallego. El tropiezo no se puede pasar por alto, porque de ganar el equipo de Sito se habría incrustado en la zona media de la tabla, pero ahora está en el puesto once y mirando más hacia abajo que hacia arriba. Además, es ya el segundo tropiezo del curso en Illunbe y el Monbus es un rival de la liga del GBC, por lo que el tropiezo es bastante doloroso.
Visto lo visto, parece que la derrota encajada el pasado fin de semana en Tenerife hizo más daño del esperado. Aquel día el conjunto guipuzcoano dejó escapar un triunfo que tenía en la mano y las consecuencias anímicas se pudieron apreciar ayer. El GBC nunca encontró su juego ante el incómodo Rio Natura Monbus y atacó a trompicones, sin ninguna continuidad. No tuvo ni ritmo ni acierto, y solo su solidez defensiva le permitió mantenerse con opciones prácticamente hasta el final. Fue un ejercicio de impotencia, un quiero y no puedo. El 36% en tiros de dos (16/44) y el 35% en triples (7/20) demuestra los problemas que tuvo continuamente el equipo de Sito para atacar la defensa gallega. Otro dato: los guipuzcoanos solo dieron ocho asistencias en todo el partido, cuando su media hasta ayer era de trece. Ni Neto ni Salgado, tres asistencias entre ambos, estuvieron finos en este aspecto. El juego fue excesivamente trabado.
Si algo ha quedado claro en las primeras jornadas es que el Gipuzkoa Basket necesita a todas sus piezas para rendir a un buen nivel. Si falla alguna, el conjunto se resiente, y ayer fueron varios los jugadores que no estuvieron a un buen nivel. Un día más, cuando salen a relucir aspectos negativos, los focos apuntan a Ramsdell y Winchester, sin duda los dos jugadores cuyo rendimiento más dudas suscita. Ayer los dos estuvieron flojos. El ala-pívot empezó bien, pero fue apagándose al mismo ritmo que Mario Delas le ganaba la partida del cuatro y acabó fallando incluso dos tiros libres. El escolta, por su parte, sigue negado. Ayer se quedó en dos puntos después de un pobre 1/7 en tiros de campo. El problema es que si El Rifle falla, los jugadores que ocupan su puesto, Cortaberría y Motos, no tienen perfil anotador, así que el equipo echa en falta esos puntos. Sito volvió a decir ayer que confía en él, pero las jornadas pasan y sigue sin encontrar el pulso anotador, que es de lo que al final se trata. Si al flojo rendimiento -otra vez- de Ramsdell y Winchester se une que Robinson tuvo un mal día en ataque, con un inusual 4/15 en tiros, se entiende la derrota.
Illunbe registró una buena entrada (5.690 espectadores) para ser un domingo por la mañana y un rival sin mucho pedigrí. La buena línea reciente del equipo invitaba a ver al Gipuzkoa Basket, pero el público se quedó con las ganas, porque el partido fue bastante soso, y solo la fe de los hombres de Sito por aferrarse al partido pese a todos los problemas mantuvo a la afición en vilo. El primer cuarto transcurrió sin grandes sobresaltos (18-17) y fue en el segundo cuando ambos conjuntos empezaron a mostrar sus cartas. Un triple de Neto, de los mejores ayer, dio cuatro puntos al GBC (21-17), pero a partir de ahí el Monbus empezó a hacerse dueño del partido con un contundente parcial de 3-14 que dejó el marcador en 24-31. Durante cinco minutos, la única acción positiva del equipo de Sito fue un triple de Ramsdell, a quien por cierto se le acabó la puntería ahí. Salgado, con un contraataque y un triple muy forzado, y Doblas hicieron reaccionar a su equipo para evitar males mayores al descanso (33-35).
a contracorriente Sin embargo, estaba claro que era el conjunto gallego el que mandaba, como quedó confirmado en la reanudación, cuando fue poco a poco aumentando su renta hasta ir ganando por nueve (40-49) en el minuto 27. Solo Neto acreditaba cierta lucidez a la hora de mirar el aro rival, porque Robinson, el otro que lo intentaba con más ahínco, tenía el punto de mira desviado. Como nada parecía funcionar, Sito probó dando entrada a Motos y situando a Olaizola en el puesto de cuatro para defender a Delas, que estaba ganándole la partida con demasiada claridad a Ramsdell y a Hanley, que apenas jugó porque no daba la talla en defensa. El experimento funcionó porque los dos guipuzcoanos dieron un plus al equipo. Una buena canasta de Motos dio paso a un parcial de 9-0 (con un acierto de Robinson y dos de Salgado) para igualar la contienda al término del tercer cuarto (49-49).
El alero mantuvo la inercia con un triple nada más empezar el último acto que elevó el parcial a 12-0 y puso al GBC por delante (52-49). Parecía que el partido cambiaba de dueño, pero poco duró la inspiración a los hombres de Sito. El Monbus ajustó su defensa y otra vez se hizo con las riendas del choque. El punto de inflexión fue un triple de Corbacho que puso el 59-61. El tirador estuvo bien defendido entre Robinson, Cortaberría y Motos, y de hecho acreditó un bajísimo 2/11 en triples, pero ese que metió a tres minutos del final hizo mucho daño al Gipuzkoa Basket. Los dos siguientes ataques acabaron en sendos tiros errados de Robinson, de esos que suele meter, y Delas puso el 59-63 a minuto y medio.
Cortaberría, con un robo de balón que culminó Neto (61-63) dio esperanzas a Illunbe. En la siguiente posesión Muscala falló, pero el rebote fue a parar a manos gallegas y Xanthopoulos decidió la contienda desde la línea de personal. Lo peor es que el Rio Natura Monbus tampoco pareció tener una plantilla superior al GBC y ganó pese a hacer un escasísimo 3/21 en triples. Pero es que los de Sito volvieron a mostrar su peor versión, la del equipo que tiene demasiados problemas en ataque, algo que se seguirá repitiendo si jugadores como Ramsdell y Winchester no mejoran rápidamente, porque no se puede pretender que sean los dos bases, Robinson y Doblas los que sostengan siempre el peso anotador. Haber encajado dos derrotas en las cuatro primeras citas en Illunbe -contra rivales de un nivel parecido- no deja de ser preocupante, así que toca enmendar el error el próximo domingo en una cancha caliente como es la del Manresa. Se avecina partido importante en el Nou Congost.