donostia. La maldición de La Fonteta durará al menos un año más después de que el Gipuzkoa Basket se llevara un severo correctivo en su visita al Valencia. El equipo de Sito Alonso, superado del minuto uno al 40 en todas las facetas del juego, perdió por 29 puntos (87-58) en un partido que dejó claras las diferencias en una liga partida en dos, con los poderosos arriba y los pobres abajo, pero que tampoco esconde que los guipuzcoanos no jugaron un buen partido y que no plantaron ninguna oposición al rival. La sensación es que ni siquiera los propios jugadores creyeron que podían dar la sorpresa.
Después del ilusionante estreno de hace una semana frente al Cajasol en Illunbe, lo de ayer no deja de ser un jarro de agua fría por mucho que lo normal sea perder frente a un equipo construido para ser la alternativa al Real Madrid y el Barcelona. Resultó hasta preocupante la inferioridad que evidenció el Gipuzkoa Basket ante el Valencia. Perdió clarísimamente la batalla del rebote (los locales cogieron 42, 14 de ellos ofensivos, frente a los 25 en total de los guipuzcoanos), no pudo parar las avalanchas ofensivas de los de Perasovic y en ataque sufrió lo indecible para lograr cada canasta. Al descanso, solo llevaba 25 puntos.
La frescura de Neto, la solidez de Doblas y la fiabilidad de Robinson fueron los únicos argumentos del conjunto de Sito, muy poco para tratar de dar la sorpresa. Los nuevos parecieron abrumados por el escenario y por la entidad de los jugadores rivales. Winchester no metió ni una canasta en juego y sufrió en defensa, Ramsdell falló demasiado y Hanley solo jugó cinco minutos, en los que fue superado por sus pares. Olaizola, por su parte, tiene una papeleta de cuidado cuando tiene que relevar a Doblas. Sin el cántabro, se hace un agujero en ataque y en defensa. No es casualidad que el recorrido de los cuatro jugadores citados en la elite sea nulo o escaso. Esto se paga, y más en La Fonteta.
El 0-2 de Robinson fue la única ventaja que tuvo el GBC, que nada más empezar encajó un parcial de 11-0 que era una especie de aviso de lo que le esperaba: una tarde muy dura. En los seis primeros minutos, el equipo de Sito solo había metido dos canastas simplemente porque era incapaz de encontrar un resquicio en la defensa taronja, así que la desventaja fue aumentando con el paso de los minutos. El 18-6 en el minuto siete obligó a pedir el primer tiempo muerto a Sito Alonso y el 29-10 en el minuto dos del segundo cuarto le hizo parar de nuevo el partido. En ese momento, su equipo llevaba un 4/20 en tiros y había cogido doce rebotes menos que su rival. Neto, el único que trató de meter una marcha más en ataque, reactivó un poco a sus compañeros y al menos logró que la sangría al descanso no fuera exagerada (42-25) teniendo en cuenta lo que había pasado antes.
parcial de 16-0 El descanso pareció sentar bien al GBC, que saltó a la cancha con más decisión, con más ritmo. Además, Ramsdell anotó seis puntos consecutivos -su único momento de lucidez del día- y la renta local se quedó en once tantos (46-35). Parecía que al menos los guipuzcoanos podían dar un poco de guerra al Valencia, pero fue todo lo contrario. En menos de cinco minutos, los de Perasovic lograron un parcial de 16-0 ante un Gipuzkoa Basket absolutamente desarbolado. La fulgurante irrupción de Dubljevic, que anotó 18 puntos en 17 minutos, acabó por romper el encuentro (62-35). El pívot montenegrino, que el jueves cumple 22 años, fue una de las sensaciones de la pasada temporada y será uno de los grandes jugadores de Europa en poco tiempo. Doblas, desde luego, no pudo hacer absolutamente nada ante su movilidad y su letal tiro desde larga distancia.
A partir de ahí, el choque fue una mera cuestión de supervivencia para el GBC, con el objetivo de perder de la forma más honrosa posible. No se puede decir que los de Sito lo lograran, porque solo funcionaron a rachas. Un par de acciones ofensivas de Neto, Doblas o Robinson, alguna buena defensa de Cortaberría y poco más. La desventaja llegó a ser de 32 puntos y al final se quedó en 29. El 5/22 en triples tampoco ayudó. Este equipo va a depender mucho de su acierto exterior y ayer se quedó en un pobre 23%. Demasiados factores en contra.
Toca ahora rehacerse de una derrota esperada pero demasiado severa. El GBC demostró cosas buenas en su estreno y ayer dejó más dudas, así que habrá que esperar para saber cuánto puede dar de sí este equipo. Seguramente el Joventut, equipo que visita Illunbe el próximo sábado, será una vara de medir más exacta que este exuberante Valencia, un equipazo que empequeñeció al Gipuzkoa Basket.