donostia. Se dice en el mundo del remo que en brancas se pueden perder las regatas y que es en popare donde se ganan. En la mañana de ayer, Hondarribia lo demostró con creces, surfeando como nadie en las movidas aguas donostiarras y adjudicándose su primera regata de la temporada. La Bahía de La Concha amaneció rebelde, con ganas de ofrecer un bonito espectáculo. Y así fue. La marea, con el apoyo del viento, que soplaba fuerte con rachas superiores a los 20 km/h, se preparó para jugar con las doce traineras participantes a ver quién era la más eficaz deslizándose entre las olas. Este aliciente, sumado a la igualdad con la que llegaba la competición a Gipuzkoa, hacía presagiar una regata vibrante e ilusionante. Ilusionante para las chicas que media hora antes se jugaban el ser o no ser en los play-off de la competición femenina. Pero también para las tripulaciones de la Liga San Miguel, en las que quien más y quien menos tenía expectativas puestas en este mítico campo de regatas. Un escenario en el que, aunque no se compitió por la bandera más emblemática del Cantábrico, sí se dio un espectáculo digno de una regata de La Concha.

Las doce traineras salieron eléctricas, aunque las calles se erigieron rápidamente en jueces secundarias de la regata. Y es que los voltios de cada embarcación no tuvieron la misma potencia según la vía que tuviera cada una. A los que les tocó la zona exterior remaron con alegría, acompañándose en la vuelta al puerto del oleaje para surfear durante unos segundos, mientras que por las calles 1 y 2 las tripulaciones bogaron como pudieron, a trompicones, como cuando las pilas están a punto de gastarse.

En semejante atolladero marino, la energía verde de la Ama Guadalupekoa fue la más eficiente y duradera, y su victoria se cimentó bogando en popare, volviendo a tierra. En la salida de la segunda tanda, a Hondarribia, San Pedro y San Juan se les unió un invitado inusual a esta fiesta de la parte media: Kaiku. Con la Bizkaitarra de por medio, todos los ojos estaban puestos en ver de qué serían capaces los pupilos de José Luis Korta en unas aguas tan turbias. La calle no les beneficiaba en demasía, pero eso no fue excusa para destacar las carencias de los sestaoarras en condiciones de mala mar. En el inicio, San Pedro y Kaiku se pusieron en marcha con fuerza, llegando con fuerza a la primera ciaboga.

Hondarribia parecía sufrir, maniobrando cuatro segundos más lento. En el segundo largo, volviendo en popare, fue cuando la Ama Guadalupekoa puso el turbo y aprovechando las increíbles olas, algunas casi divinas, maniobró en la segunda ciaboga con siete segundos de ventaja. De ahí en adelante, los hondarribiarras pusieron mar de por medio. Por detrás, San Juan ya sabía de lo ocurrido en la primera tanda con la calle 1 y se preparó para vivir una crónica de una muerte anunciada, sufriendo las acometidas de la brava mar durante toda la serie.

Tras un último largo espectacular, los verdes aventajaron en 24 segundos a Kaiku y San Pedro. Dos embarcaciones, la Libia y la Bizkaitarra, que tuvieron una lucha cerrada de la que finalmente se llevó el gato al agua la trainera verdinegra por apenas cincuenta centésimas.

emoción hasta el final El crono marcado por Hondarribia era estratosférico para las condiciones que se daban en la bahía, pero todavía faltaba un paso para que Ioseba Amunarriz pudiera ondear en la costa donostiarra la primera bandera de la temporada para los bidasotarras: superar a las traineras de la tanda de honor.

La serie de los más fuertes tuvo emoción del principio hasta el final. En un principio, por ver si Portugalete sería capaz de hacer buena la cuarta calle, y por saber entre los gallos si sería Orio o Urdaibai el que iba a andar mejor. Finalmente, Urdaibai pudo con todos los demás, se fue en solitario en el tercer largo y pugnó con Hondarribia por la ikurriña hasta los últimos metros. Pero los de Jon Salsamendi volvieron a vivir por segunda jornada consecutiva la amargura de la segunda posición, y nuevamente sucumbiendo ante una embarcación guipuzcoana.

En la misma tanda, Orio no pudo seguir la estela de la Bou Bizkaia y navegó en solitario mientras controlaba a Portugalete y a Tirán, que finalizaron, respectivamente, en tercer y cuarto lugar de la serie.

Nada más cruzar Urdaibai la línea de llegada, la Ama Guadalupekoa celebró por todo lo alto su primera victoria de la temporada. Cabe destacar que se trata de la tercera ikurriña, de siete disputadas hasta el momento, que se gana remando fuera de la tanda de honor, un hecho bastante poco común en la ACT.

Por la parte baja, la emoción se diluyó pronto en Donostia. En la tanda inicial, Astillero, como viene siendo habitual, se despegó rápidamente del resto, mientras que Castro le recortó dos puntos a una Zumaia que no ganó para desastres durante su serie, con dos remos rotos en el segundo largo. En este contexto, el miércoles se disputa el Campeonato de Gipuzkoa, un trofeo al que Orio y Hondarribia llegan como principales favoritos.