La generación del 91 apunta alto
leyre díaz y onintza aduriz, de 21 y 22 años, jugarán desde el jueves su cuarta fase de ascenso con la upv
era el verano de 2009 y Leyre Díaz, una base de apenas 163 centímetros de altura, 18 años de edad y que unas semanas antes estaba jugando en categoría júnior, se vio en los entrenamientos del UPV defendiendo a Arantxa Novo -también recién llegada-, un poco más alta que ella pero bastante más experimentada y con la potencia física de un toro. "Cada vez que entraba a canasta Arantxa, yo me caía al suelo. ¡Aguanta, aguanta!, me decía Azu Muguruza, pero yo no podía porque no estaba ni fuerte físicamente ni mentalmente preparada para hacerlo", cuenta la propia Leyre Díaz (Donostia, 20 de abril de 1991). También subió por aquel entonces al primer equipo Onintza Aduriz, alero de 1,82m de altura (Donostia, 25 de febrero de 1991), que no tuvo una Arantxa Novo enfrente en cada entrenamiento pero que califica de "muy brusco" el cambio de pasar de categoría júnior a entrenar en Liga Femenina 2. Cuatro años después, las dos guipuzcoanas, de la quinta del 91, se han consolidado en la categoría de plata del basket estatal y afrontan su cuarta fase de ascenso en otras tantas temporadas en el equipo.
El UPV ha contado desde que está en Liga Femenina 2 con una base y una pívot de referencia. Primero Raquel Delgado y Candy Navarro. Ahora, Arantxa Novo y Stephanie Madden. También pasaron en el puesto de pívot Khairy Sarr, ahora consolidada en la máxima categoría, o Geisa Oliveira, la brasileña que sufre insomnio. Pero alrededor del uno y el cinco, la entrenadora, Azu Muguruza, ha ido puliendo la cantera guipuzcoana. Las de mayor nivel en la actualidad son Iulene Olabarria, clave en los éxitos universitarios, y Laura Arroyo, habitual en las selecciones inferiores de España y fichada este pasado verano por el Hondarribia-Irun. Ahora empieza a despuntar la generación del 91, la que forman Leyre Díez y Onintza Aduriz, cada vez con más peso en el equipo. La base juega 16 minutos por partido y la alero 26, en los que promedia 6,2 puntos y 4,6 rebotes.
"Con la marcha de Laura tengo más minutos y la verdad es que me estoy sintiendo bien, más segura a la hora de jugarme las bolas. Cuando te dan confianza, que es lo que hace Azu, las cosas salen porque disfrutas mucho más", comenta Aduriz, que compagina el baloncesto con los estudios de Odontología en Bilbao, lo que le obliga a un esfuerzo extra, ya que coge el autobús para ir a la universidad a las 6.45 horas de la mañana. Leyre Díaz, que estudia Psicología en Donostia, también ha experimentado una importante progresión estos años: "Siento que Azu tiene confianza en mí, me siento más protagonista y estoy contenta". Entrenar a diario con Novo, posiblemente la mejor jugadora de la categoría, te hace ser mejor, según la guipuzcoana: "Arantxa te obliga mucho, porque parece que va siempre un segundo por delante de los demás. Tengo la suerte de poder enfrentarme a ella todos los días en los entrenamientos. Aprendo de ella a diario, aunque también intento apretarle, claro. Poco a poco, como me dice Azu, he logrado convertirme en una jugadora de Liga Femenina 2".
confianza a tope
"Ojalá a la cuarta sea la vencida, ya que no pudo ser a la tercera"
Tanto Onintza como Leyre vivirán a partir del jueves el siguiente capítulo de su pleno: cuatro años en el equipo, otras tantas fases de ascenso. De las tres anteriores, recuerdan especialmente la primera. "Llegamos como si nada, totalmente por sorpresa, y nos quedamos a las puertas de subir. Tengo grabados aquellos partidos", cuenta la base. "Fue alucinante. Éramos un equipo prácticamente nuevo, con jugadoras muy jóvenes, con toda la novedad estábamos un poco abrumadas, pero jugamos muy bien y casi subimos", añade la alero. La segunda intentona acabó con tres derrotas en la fase de grupos -"no nos salió nada", reconocen- y la tercera, otra vez con derrota en el partido decisivo. "Perdimos contra el anfitrión, el Huelva. El equipo de casa siempre es difícil en una fase de ascenso", apunta Onintza.
La sensación es que el UPV alcanza su cuarto intento por subir mejor que nunca, siempre dentro de las dificultades que encierra un minitorneo de cuatro días con ocho equipos de parecido nivel y premio solo para dos. "Estar ahí ya es un premio al trabajo de todos estos meses, pero queremos rematar la faena. A ver si a la cuarta va la vencida, ya que no pudo ser a la tercera", confía Leyre, que reconoce que el equipo acude a Cáceres con mucha confianza: "La temporada ha sido muy buena. Azu ha movido más el banquillo y todas nos hemos sentido partícipes. Veo a las jugadoras importantes menos cansadas, lo que es muy bueno, y a las demás preparadas". Su compañera también piensa en positivo: "Los últimos entrenamientos han sido muy buenos. No llegamos cansadas. Tengo buenas sensaciones y vamos con confianza y muchas ganas".
Además del Ibaizabal, con el que ha coincidido en la Liga Regular, el UPV se medirá en su grupo de la fase de ascenso con dos equipos gallegos, el Ensino y el Ferrol. "Hemos visto vídeos y son dos equipos fuertes, con altura y físicos, pero hasta que no te enfrentas a ellos no lo aprecias realmente. No va a ser fácil. Nosotras tenemos que seguir nuestra línea de juego de todo el curso", analiza Onintza. "No nos sentimos favoritas, pese a llegar como líderes. A un partido puede pasar cualquier cosa", añade Leyre.
Remate o no la faena, el conjunto universitario ha dejado ya una impresionante racha de 31 victorias consecutivas en su cancha, labrada desde enero de 2011. "Es impresionante, jugamos muy confiadas en el Gasca, nos gusta agradar al público", dicen. El equipo que más cerca estuvo de romper la racha fue el Canoe, que también disputa la fase de ascenso, aunque encuadrado en el otro grupo. Un triple precisamente de Leyre Díaz en los últimos segundos dejó la victoria en casa, tal y como recuerda la propia jugadora. "Hay que reconocer que estaba mal tirado porque perdíamos por uno y la idea era buscar una canasta de dos puntos, pero me vi sola y tiré. Es una muestra de la confianza que tenemos. A ver si trasladamos esta racha del Gasca a Cáceres".