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Vuelta al pozo, pero con

El Lagun Aro GBC pierde en Vitoria un derbi desnivelado en el que peleó hasta el final pese a su inferioridad (88-80), y cae otra vez a zona de descenso tras el triunfo del Fuenlabrada ante el Valladolid

Vuelta al pozo, pero conEFE

Donostia. El Buesa Arena sigue siendo una plaza inaccesible para el Lagun Aro GBC. El conjunto guipuzcoano encajó ayer su sexta derrota en otras tantas visitas al feudo vitoriano en la Liga ACB y la de ayer (88-80) supone el regreso a los puestos de descenso después del triunfo del Fuenlabrada ante el Valladolid, así que la estancia fuera del pozo apenas le ha durado una semana a los hombres de Sito. El Lagun Aro no se rindió e incluso llegó a los tres últimos minutos con ciertas opciones de triunfo después de verse 19 puntos abajo, lo que confirma que su espíritu guerrero sigue vigente. Sin embargo, también quedó muy claro que ayer era bastante inferior a su rival y que eso es lo que le espera en todos sus desplazamientos de aquí a final de curso: Zaragoza, Valencia, Gran Canaria y Madrid. El calendario no va a dar ninguna tregua.

El derbi disputado ayer en el flamante Buesa Arena tuvo muchos altibajos, pero la sensación es que en todo momento dependió de las prestaciones del Caja Laboral. La plantilla que entrena Zan Tabak tiene más talento y más físico que la que dirige Sito Alonso, algo normal porque uno compite en la Euroliga y el otro trata de sobrevivir en la ACB. Solo en espíritu son superiores los guipuzcoanos en este momento, pero es que ahora mismo la diferencia entre ambos es abismal. Solo una relajación del equipo grande puede propiciar sorpresas cuando se miden el segundo y el 16º clasificado, pero ayer eso no sucedió porque los vitorianos estaban obligados después de tres derrotas consecutivas entre Euroliga y ACB.

El Lagun Aro saltó a la cancha ejecutando a la perfección su plan: llevar el ritmo del partido, jugar con paciencia en ataque hasta encontrar una buena opción y emplearse a tope en defensa, todo ello con Dani Díez como ala-pívot en sustitución de Qyntel Woods. El americano calentó con sus compañeros, pero no jugó y el equipo lo notó. Tanto el propio Díez como Guille Rubio lo hicieron bien, pero no llegan a ser tan desequilibrantes como el Woods de los dos últimos meses y eso se nota. En cualquier caso, el buen hacer del otro americano, Finley, de Doblas y de Raúl Neto hizo que el equipo de Sito comenzara mandando y que llegara a coger doce puntos de renta en el minuto seis (7-19). La reacción del Caja Laboral no se hizo esperar. Al conjunto vitoriano le costó entrar en el partido, pero despertó de la mano de Nocioni y acortó distancias al término del primer cuarto (19-23) gracias en parte a las precipitaciones guipuzcoanas.

La defensa local subió su intensidad en el inicio del segundo cuarto y un par de triples de Heurtel equilibraron el marcador (27-27). El ataque del Lagun Aro, cómodo durante los primeros seis minutos, se atascó después y poco a poco la desventaja fue haciéndose mayor hasta el 44-31 tras unos cuantos minutos en los que la única producción ofensiva fueron dos tiros libres de Finley y una canasta tras rebote ofensivo de Ibekwe. Afortunadamente, la relajación local y los fallos de un irregular Heurtel fueron aprovechados por el Lagun Aro para irse al descanso con mejor sabor de boca gracias a un 0-8 de parcial (44-39).

parcial de 12-0 Cualquier esperanza de dar la campanada, sin embargo, quedó sepultada en la reanudación, cuando un parcial de 12-0 del Caja Laboral dejó el encuentro prácticamente finiquitado (56-39). Fueron los peores minutos de un Lagun Aro que bajó los brazos en tres minutos fatídicos, en los que además de atacar mal se olvidó de defender, algo que estaba pidiendo con insistencia Sito a sus hombres. "Aunque no entren los ataques, hay que seguir defendiendo duro", vino a decirles en un tiempo muerto.

El 73-57 al término del tercer cuarto parecía definitivo, pero la entrada de Ibekwe -que recuperó ayer sus mejores sensaciones- y de Paunic reactivó al equipo, que volvió a meterse en el partido en el último cuarto. Fue una remontada silenciosa, labrada jugada a jugada. Casi sin querer. Solo haciendo las cosas otra vez bien y aprovechando unos minutos de relajación local. Un mate de Ibekwe, un 2+1 de Rubio, una asistencia de Salgado al pívot, una canasta en transición de Rubio... y a falta de tres minutos y medio el Lagun Aro se puso a siete puntos (79-72) provocando los nervios en el graderío del Buesa Arena. Incluso los de Sito tuvieron bola para acercarse más, pero Salgado falló un triple forzado y luego Nocioni acabó con las esperanzas visitantes.

Probablemente el Caja Laboral nunca vio peligrar el triunfo, pero esa reacción final tiene su significado para el Lagun Aro, que demostró que de aquí a final de temporada no va a cejar en su empeño por mucho que se le compliquen las cosas. Necesitará sin duda el equipo de Sito mantener este espíritu, porque la derrota de ayer tras una actuación demasiado inconsistente y el triunfo del Fuenlabrada le devuelven a zona de descenso. Era una opción probable, pero que le mete un poco más de presión de cara al choque del próximo sábado en Illunbe ante el CB Canarias. Prepárense, porque no va a haber tregua en las ocho jornadas finales.