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Salgado choca con la cruda realidad

Una impresionante actuación del capitán no evita la derrota del Lagun Aro, que lo dio todo en la cancha y tuvo cerca el triunfo, pero que echó en falta más recursos ofensivos ante el Baskonia

Salgado choca con la cruda realidad

Donostia. No hay tregua en la temporada de pesadilla para el Lagun Aro GBC. El equipo de Sito Alonso ofreció ayer quizás su mejor imagen desde que a finales de septiembre abriera el curso en Badalona, pero cayó ante el Caja Laboral por 69-71 y ya van nueve derrotas, por una victoria, en diez jornadas, un balance paupérrimo que le hace estar hundido en la clasificación junto con el Manresa y el Cajasol, los otros dos equipos con ese balance de 1-9. Un colosal Salgado, autor de 27 puntos (incluidos siete triples), hizo que el Lagun Aro tuviera en su mano la victoria, pero el capitán estuvo muy solo en el apartado anotador a la hora de la verdad y el equipo desperdició cuatro puntos de renta (69-65) en los dos últimos minutos y medio de partido. El esfuerzo y la brega generalizada, además del talento del capitán, se quedaron cortos ante un déficit evidente que arrastra este equipo: la falta de referentes anotadores.

El toque de atención que el club dio a la plantilla después de las últimas derrotas y el corte de Korolev surtieron el efecto deseado y lo cierto es que los jugadores, al menos muchos de ellos, dieron la cara y se enfrentaron de tú a tú al Baskonia, uno de los grandes de la Liga ACB. Pese a empezar perdiendo 1-11 a los cinco minutos y ser netamente inferior en el apartado reboteador (el Caja Laboral cogió 16 rechaces ofensivos, y un total de 14 más que el Lagun Aro), la victoria bien pudo haberse quedado en Illunbe gracias al esfuerzo de los hombres de Sito. La concentración, la intensidad y la dureza, ausentes otros días, sí hicieron acto de presencia ayer. No fue suficiente, sin embargo. A este equipo le faltan argumentos para anotar y, mientras siga teniendo este problema, le tocará sufrir.

El Lagun Aro abrió el derbi con Neto, Papamakarios, Doblas y los dos americanos, Taylor y Qyntel Woods, este último de cuatro. El inicio no pudo ser peor: 1-11 en el minuto cinco. Sito Alonso fue recomponiendo su quinteto y encontró una mejor respuesta en Salgado, Dani Díez, Guille Rubio e Ibekwe, los hombres que lograron dar sentido al juego de ataque guipuzcoano e iniciaron la remontada. Taylor y Guille Rubio, con sendos triples, estrecharon el marcador (16-20) antes de que Salgado tomara las riendas del partido. El capitán volvió locos a los bases del Caja Laboral y sus puntos y asistencias, incluida una espectacular de espaldas a Ibekwe, sirvieron para que al descanso el partido tuviera una pinta muy distinta al comienzo (36-37).

mal taylor y wodds La reacción dejó en muy mal lugar tanto a los dos americanos del equipo como a Kuksiks, que quedaron claramente señalados. Su rendimiento no es el esperado, ni de lejos. Woods jugó de cuatro, pero ahí también se le vieron sus carencias defensivas y apenas aportó cuatro puntos en ataque. Su crédito se agota más y más con el paso de las jornadas y la actuación de ayer no es sino la confirmación de que su fichaje, en el que estaban puestas muchas esperanzas, es un fiasco. Tampoco gustó Taylor en su cuarto partido con la camiseta del GBC. Individualista hasta el extremo, se jugó doce tiros en 19 minutos y medio y solo metió dos. El tercer señalado, Kuksiks, ya ha caído al fondo de la rotación y solo jugó cinco minutos, en los que estuvo casi desaparecido. Ninguno de los tres rinde, y el problema es muy serio, porque se supone que son los anotadores de un equipo que precisamente echa en falta puntos. Las aguas bajan revueltas en el Lagun Aro y, salvo reacción fulminante, es probable que alguno siga el camino de Korolev. A Kuksiks le queda un mes de contrato, pero el futuro de los americanos también está en el aire visto su rendimiento.

A tenor de lo sucedido en los primeros 20 minutos, Sito vio claro en quién tenía que confiar. Los citados Salgado, Dani Díez, Rubio e Ibekwe, además de tres de la vieja guardia -Neto, Papamakarios y Doblas- que no están nunca bajo sospecha pese a que su acierto sea mayor o menor. Taylor, en cualquier caso, salió de inicio, pero seis minutos después volvió al banco sin anotar. En el tercer acto, Salgado se desató con cuatro triples consecutivos que dieron a su equipo hasta seis puntos de ventaja (55-49). Incluso Woods, en su único destello del día, anotó un triple. Eso sí, en el inicio del último cuarto falló sus tres tiros y volvió merecidamente al banquillo, donde probablemente se aburrirá tanto como en su vida en Donostia, tal y como se encarga de recordar periódicamente en su cuenta de Twitter.

seis puntos de ventaja Ajeno a la desconexión yanqui, Salgado siguió con su show y abrió el último cuarto con otro triple (63-57), pero esa canasta dio paso a unos últimos minutos muy espesos por parte del Lagun Aro. El Caja Laboral encontró la fórmula de frenar al base de Santutxu y a partir de ahí a los locales les costó horrores anotar. El choque se igualó, se tensó, un escenario donde los hombres de Sito se sintieron muy incómodos. Salgado, con otro triple y una canasta de dos que entró llorando, fue el único que encontró resquicios en la retaguardia visitante. El 69-65 a dos minutos y medio de la conclusión, pese a todo, parecía una renta casi definitiva para amarrar el segundo triunfo del curso. No lo fue. Neto perdió un balón, Doblas hizo falta de ataque y Papamakarios falló dos triples (en total hizo 0/7) y el Baskonia se adelantó 69-71. El Lagun Aro aún tuvo una postrera opción, pero en el último segundo y medio solo pudo encontrar un tiro forzado de Ibekwe que repelió el aro. En total, cinco ataque fallados para cerrar el choque.

Los escasos nueve puntos anotados en el último cuarto (cero en los dos últimos minutos y medio), ocho de ellos obra de Salgado, reflejaron los graves problemas ofensivos que tiene este Lagun Aro, que sin los puntos de jugadores como Woods, Taylor y Kuksiks tendrá muy difícil ganar por mucho que Salgado esté brillante y que la actitud por parte de casi todos los jugadores sea la mejor posible. La cruda realidad dejó a medias la exhibición de Salgado, que logró con 27 puntos su tope de anotación en la ACB. La derrota de ayer es dura y puede tomarse como un golpe más o como un punto de inflexión hacia un futuro mejor. La reacción apuntada debe confirmarse ahora ante el Gran Canaria en casa y el Cajasol a domicilio. Si las victorias no llegan y ciertos jugadores siguen sin rendir, será el momento de tomar más decisiones porque la situación es cada día más difícil.