donostia. Unos dicen que es la piedra, un tipo caliza muy apropiada para la escalada; otros por la peculiar orientación de la sierra, que provoca en la zona una especie de microclima; y otros por la cantidad y calidad de las vías que pone a disposición de los escaladores, principiantes o expertos. Cualquiera de las razones por sí sola sería suficiente para que Etxauri apareciera como un buen lugar para la escalada, pero si se dan las tres al mismo tiempo provoca que convierta en una de las tres mejores paredes de Europa para la escalada deportiva en caliza, con el añadido que supone su agradable entorno natural y la cercanía a Pamplona.

Para Gorka Karapeto (Azpeitia, 1981) es un lugar muy especial. Además de lo que supone estar cerca de sus amigos, cuando escala en Etxauri experimenta buenas sensaciones. "No te podría decir por qué, pero me siento a gusto en Etxauri. Las paredes están altas, con todo despejado, entra mucha luz y cuando corre el aire te sientes como fuera de todo, respiras muy bien. Tiene una escalada muy agradable. Me gusta mucho por las vías de calidad que tiene y la Begi puntuan era una de ellas".

Se refiere a la vía de noveno grado de dificultad más conocida de Etxauri y posiblemente de toda Euskal Herria, que él pudo encadenar recientemente, lo que supone su tercera vía de máxima dificultad tras Sistematik ihes y la Esclatamàsters. La Begi puntuan fue equipada por Ekaitz Maiz, su colega de escalada, aunque la primera ascensión correspondió a Patxi Usobiaga en 2006.

"La probé el año pasado en invierno. La tenía en mente desde hace tiempo, pero entonces estaba en Catalunya. Etxauri me gusta mucho por las vías de calidad que tiene y la Begi puntuan era una de ellas. Tenía ganas, pero me gusta ir a probar cuando me siento bien", comentó la semana pasada Gorka Karapeto.

Definió a la Begi puntuan como una vía vertical, de resistencia, muy poco desplomada, con pasos de agarres pequeños y con pasos largos, de gran calidad, "Es una vía estupenda y no muy larga, de unos 20 o 25 metros en total", comentó el guipuzcoano, que concluyó la vía al primer día. "Me costó, pensaba que iba a ser más sencilla pero se me hizo difícil un paso largo al que no llegaba".

Prefiere el frío al calor, aunque lo más conveniente para afrontar una vía de estas características es que no haya humedad, que el ambiente esté seco para los agarres. "Empezó a hacer calor en invierno y no fui, pero en primavera volvió a hacer frío y decidí retomarla".

Lo dice como si tal cosa, pero para acometer una vía de esta dificultad hay que tener todos los conceptos claros y un estado físico y mental envidiable. Aunque se desenvuelve con soltura en las entrevistas, está más cómodo en una pared. Ese es su mundo real y cuando se sube por una vía hay pocos que puedan seguirle. Lo demostró poco después en Huesca, donde junto a su colega de andanzas Ekaitz Maiz logró ganar el Rally de Escalada 12 Horas de Riglos, la primera prueba de estas características en la que participaban. Y no solo eso, sino que batieron el récord vigente al escalar la Visera siete veces por vías diferentes en ese período de tiempo. Una hora y ocho minutos después de dar la salida, Maiz y Karapeto ya habían terminado de escalar la vía Fiesta de los Bíceps de la Visera, de 270 metros de escalada desplomada con pasos de 7a de dificultad (realizaron 1.820 metros de escalada acumulada).

No es difícil imaginar que con estos registros Karapeto esté atravesando por un momento espléndido. No tiene retos, pero no descarta nada. "Hago lo que me pide el cuerpo, quiero seguir haciendo vías difíciles, ya que me encuentro muy bien y estoy disfrutando".