Una tradición que arrastra pasiones
Las Idi probak se mantienen vivas en Gipuzkoa a pesar de que el público que las sigue cada vez es menor
Donostia. La tradición del arrastre de piedra por bueyes se mantiene viva en Gipuzkoa. Cada año se realizan en el territorio aproximadamente unas treinta competiciones de idi probak -o idi demak-, y eso sin contar las apuestas o desafíos entre particulares. Criadores y promotores coinciden en señalar que el público que asiste a estas pruebas no se renueva, y que organizar o participar en las competiciones es caro y no compensa los gastos. En los dos colectivos, sin embargo, esta modalidad continúa arrastrando pasiones.
paulo aldalur > promotor
"Nos gusta esta salsa, pero hay que tener fuerza de voluntad"
Paulo Aldalur es uno de los componentes de Aiako Idi Probak Elkartea, que organiza "cinco o seis" pruebas al año, básicamente en el probaleku de esta localidad, entre "bueyes kintopekos, bueyes viejos, burros y caballos". Aldalur reconoce que "no hay mucho público, y cada vez menos. Hay gente que es fiel, que le gusta y que se juega dinero, pero jóvenes se ven muy pocos. Son gente de 40 años para arriba, no hay jóvenes salvo alguno que tiene bueyes o le gusta". Pese a todo, "sí que hay afición, si no, no habría nada que hacer. En Gipuzkoa tenemos pocas ayudas. En Bizkaia hay más apoyos de su Federación y se juega mucho más. Por lo menos cada quince días hay alguna final. Luego, allí no va ni Dios. Normalmente en Gipuzkoa asiste más público".
Aparte de la escasa afluencia de aficionados, otro problema es que "hay muy poca gente que tenga bueyes. Tampoco es algo que dé beneficios, es un hobby para quien tenga afición y quiera jugar un poco de dinero. Normalmente la gente solo tiene uno o dos pares". Y es que mantener a una pareja de bóvidos es muy costoso: "Entre el veterinario, las vitaminas y herrarles, cuesta mucho dinero, y los premios tampoco son muy grandes".
Como en todo deporte, los participantes más jóvenes o sin experiencia se miden en una categoría propia, las pruebas para kintopekos. Aldalur explica que pertenecen a este grupo los bueyes "jóvenes que salen a la plaza en su primer año y no han hecho ninguna apuesta. Esa categoría se quita en un año, normalmente, de enero a enero". En Gipuzkoa destacan las competiciones para los bueyes jóvenes de Aizarnazabal, Azkoitia y de Aia, donde hace unas semanas se dieron cita hasta trece criadores de bueyes en diferentes jornadas. Aia, precisamente, es una de las localidades más activas. Aldalur explica que "le sacamos mucha vida al probaleku. Ahora la plaza está un poquito vieja y queremos arreglarla este año o en 2012".
La pareja de bueyes debe pesar como máximo 1.100 kilos, y el peso que deben arrastrar en Aia es de 1.050 kilos. Si los animales superan el límite permitido, por cada kilo de más se le añade kilo y medio de peso a la carga. La pareja vencedora es la que logra recorrer más veces la plaza en un determinado período de tiempo.
Aiako Idi Probak Elkartea "empezó con siete amigos y ahora estamos dos. No solamente andamos con bueyes, sino que también estamos con apuestas de caballos y burros, y con todo lo que es deporte rural. Hará ya unos doce años que empezamos". El promotor admite que realiza una dura labor, pero su afición lo compensa: "Nos gusta la salsa esta, conocemos a gente que anda en el tema y nos ayuda el Ayuntamiento de Aia, pero hay que trabajar mucho y no ganas nada. Tienes que tener fuerza de voluntad. A veces hay que ir hasta Bizkaia para intentar que uno traiga sus bueyes, hay que llegar a acuerdos... hay que molestarse un poco".
Iñaki intxaurburu > criador
"Es una afición. Con esto me distraigo tras el trabajo"
El exremontista hernaniarra Iñaki Intxaurburu empezó hace "unos cinco años" a criar ejemplares para la competición. "De pequeño estuve ayudando en un caserío y siempre tuve afición a los bueyes, y los tíos de mis madre también tenían animales".
Intxaurburu, que no ha puesto nombre a sus alumnos, explica que ha tenido varias parejas a su cargo: "Es una afición que tengo, así me distraigo después de las horas de trabajo. Lo que he hecho ha sido enseñarles en el yugo y luego venderlos". Aún así, sus bueyes han tenido tiempo para quedar primeros en Errenteria y Gatika, y también han participado en Hernani, Ergobia y Hondarribia.
Anteriormente, el exremontista criaba a sus animales en un lugar cedido por el Ayuntamiento de Hernani, pero el nuevo gobierno municipal le retiró la concesión y ha tenido que mudarse a la cuadra de un caserío de Andoain.
Intxaurburu tiene ahora dos ejemplares de cinco años. "Son la mejor pareja que he tenido. Los compré en Galicia. Ya tienen cinco años y son kintopekos. Les estoy enseñando ahora a andar con el yugo. Yo suelo entrenarles durante una hora unos cuatro días a la semana, con una rueda cargada de piedras, con un peso, sin peso o con un carro, para cambiar la rutina de entrenar".
Los bueyes comen "habas, avena, salvado... Sobre todo, paja por la mañana, y hierba seca a la tarde, y agua a discreción. No quiero que engorden mucho. Si se les da todo lo que quieren, cogen demasiado peso".
Para poder competir, "hay que estar inscrito en la Federación Vasca de deporte rural y los bueyes tienen que estar bien de salud. Una vez al año pasan reconocimiento médico, para asegurarse de que no tengan tuberculosis o ninguna otra enfermedad".
Intxaurburu explica que las idi probak no producen beneficios: "Si sacas como para darles de comer, bien, pero aquí no hay ganancias. Lo mejor es enseñarles en el yugo y, antes de salir a la plaza, que venga uno y los compre. A mí ya me han ofrecido dinero por estos, aunque me da pena venderlos. Cuando he vendido bueyes he andado llamando al dueño nuevo para ver qué tal les iba. Les cojo mucho cariño".
El exremontista prefiere que sus bueyes sean llevados por un guía -o itzai- : "Yo lo veo desde fuera, me pongo muy nervioso". Intxaurburu aprueba el uso del akuilu, un palo con un pincho en su extremo para dirigir a los bueyes: "Hay que pincharles, porque hay bueyes que sin akuilu no andarían, pero hasta cierto punto".
Intxaurburu explica que "la gente se entera de que tienes bueyes y te llaman para ir a fiestas, o si hay campeonatos y me interesa, llamo al organizador y me apunto". El hernaniarra aspira a "ganar mantas, campeonatos y quedar primero. A mí me es igual dónde. También me gustaría hacer una apuesta, pero ahora quiero entrenar bien a los bueyes".
Intxaurburu comparte el diagnóstico de Paulo Aldalur: "Aquí hay bastante afición, pero en Bizkaia hay más pruebas en más pueblos". El hernaniarra lamenta que el público de las idi probak no se esté renovando: "La mayoría es gente mayor y de caseríos. La gente joven no se engancha; está todo el día con el fútbol". Por el momento, al menos, las idi probak siguen todavía arrastrando el interés de organizadores, criadores y aficionados.