Bilbao. El explorador noruego Roald Amundsen dejó escrito su nombre para la historia cuando, el 14 de diciembre de 1911, se convirtió en el primer ser humano en alcanzar el Polo Sur. Ahora, anecdóticamente, cien años después de aquella hazaña y tras la expedición a Groenlandia el pasado verano, Alberto Iñurrategi (Aretxabaleta,1968), Juan Vallejo (Gasteiz, 1970) y Mikel Zabalza (Pamplona, 1970) se pondrán de nuevo manos a la obra para, a partir del 15 de noviembre -cuando partirán desde Ciudad del Cabo (Sudáfrica) a la base rusa de Novolazarevskaya para iniciar su reto-, cruzar la Antártida en 70 días, pasando por el Polo Sur en la expedición denominada Naturgas-BBK Transantartika 2011.
"Es pura casualidad que las fechas vayan a coincidir con el centenario de la gesta de Amundsen, pero servirá para recordarlo en un medio en el que veremos qué tal nos desenvolvemos, ya que, aunque es similar a la montaña, tiene sus peculiaridades", señalaron los protagonistas en la presentación de la aventura.
Y es que, conquistar ese continente de más de 13.000.000 kilómetros cuadrados, el 95% de los cuales está cubierto por hielo, se ha convertido en objeto del deseo de exploradores de todo el mundo. Sin embargo, el paso del tiempo ha hecho que, desde un punto de vista deportivo, alcanzar hoy el Polo Sur no suponga ya una gran aventura a no ser que se pretenda hacer de la manera en la que tratarán de lograrlo Zabalza, Iñurrategi y Vallejo: sin ayuda externas y valiéndose de los únicos recursos que lleven consigo durante una travesía en la que recorrerán 3.500 kilómetros sobre hielo. Así, el equipo se desplazará arrastrándose en la medida de lo posible empleando la fuerza del viento -gracias a tres cometas, de 12, 6,8 y 6 metros- y solo dispondrán del avituallamiento que sean capaces de portar en tres trineos, que, cargados, pesarán 170 kilos cada uno.
Entre otras cosas, dispondrán de dos teléfonos por satélite y tres GPS y brújulas para orientarse en una misión en la que tendrán que hacer frente a las duras condiciones de la Antártida, el continente sobre el cual se encuentra el Polo Sur.
Los expedicionarios aprovecharán el verano austral, que suaviza unas condiciones en las que aún se pueden alcanzar los 40 grados bajo cero, para afrontar con total autonomía y durante casi tres meses, jornadas en las que combinarán la marcha en trineo con la escalada. Todo ello sucederá tras llegar a Novolazarevskaya, donde dejarán de pisar tierra firme para adentrarse en la inmensa masa de hielo, antes de continuar rumbo al punto situado más al sur del planeta y finalizar su trayecto en la Bahía Hércules.