Izeta II es optimista respecto al futuro del levantamiento de piedras: "Ya hay jóvenes. Yo creo que, de momento, la piedra está bastante bien, pero dentro de unos años la situación estará más difícil. Veo al hacha más avanzado, sobre todo en Navarra; allí hay mucha afición".
El harrijasotzaile de Aia critica que la Federación no ayuda a quienes entrenan chavales: "Un levantador joven se tiene que buscar la vida. Si quiere empezar a levantar piedras no sabe dónde ir, porque no hay escuelas. La Federación tendría que hacer un esfuerzo y abrir escuelas. Si hubiera una escuela como es debido se animaría más gente".
En estos momentos, además de a su hijo Hodei, Izeta también prepara a dos chavales de catorce años y a otro de 17: "Vienen dos veces a la semana, y con eso ya vale. Es bueno que hagan también otros deportes. Luego, cuando sean mayores ya decidirán en qué se centran. Sobre todo, trabajamos la técnica, un día con la cúbica, otro con la bola... Es importante que los chavales levanten la piedra con facilidad, que no sientan su peso".
Izeta no cree que la harri jasotzea sea "un deporte para chicas; por ahí no veo futuro".
Para el aiarra, la calidad de los futuros harrijasotzailes "es cuestión de cada uno. Alguno de los que vienen ya cogerá el nivel de los de ahora. Siempre aparece algún fenómeno, como en todos los deportes".
Luis Mari Telleria, uno de los grandes dominadores del torneo de la Igeldoko Harria, entrena a sus hijos Urtzi (25 años, campeón con la piedra de Gorostidi), Iraitz (21 años, campeón kintopeko -sub'21- de Euskal Herria) y Beñat (quince años; alzó 100 kilos con doce años y hoy compite en Aduna). Además, también adiestra a una de las grandes referencias de esta modalidad, Aimar Irigoien.
Telleria explica que "en este momento hay harrijasotzailes jóvenes, pero no demasiados. En Gipuzkoa y Navarra sí hay levantadores, pero en Álava y Bizkaia ya se han extinguido. Pero va por épocas. Esto no ha sido nunca un deporte de masas, se ha practicado en torno al caserío y de manera individual".
El veterano harrijasotzaile considera que "si hubiera más levantadores, habría que poner categorías por pesos, como en halterofilia. Ahora, un chaval de 80 kilos tiene que competir con uno de 100, hay mucha diferencia, y eso le frustra al joven que está empezando, porque ve que no puede llegar dónde otros. Además, es un deporte duro". Telleria recuerda que "hubo un intento de hacer una escuela de harrijasotzailes, pero no resultó".
El veterano levantador critica que "no se informa mucho sobre las competiciones. Y hay que hacer más pruebas con piedras antiguas y con piedras diferentes o irregulares, como la Igeldoko Harria, porque en los campeonatos siempre son las mismas".
Telleria no confía en que las apuestas refuercen la actividad harrijasotzaile "por la situación de hoy en día", y tampoco cree que la participación de chicas impulse la modalidad: "Por la anatomía que tienen les viene mal, pero la que quiera practicar que practique".
El preparador de Aimar Irigoien no cree que los futuros harrijasotzailes sean peores que los antiguos: "Hay un montón de marcas, y hay que ver quién las hizo y de qué corpulencia eran. Yo doy mucha importancia al peso. Perurena y Saralegi eran de unos 140 kilos, y ahora no hay nadie así. Pero hoy en día también se hacen buenas marcas".
En opinión de Luxarbe, "en la historia de este deporte, cuando ha salido una figura han surgido más harrijasotzailes. Ahora la figura es Aimar, y como es joven, hay gente más joven que ha salido tras él. El que había empezado a levantar piedras un poco antes quiere ser el segundo o el tercer Aimar. Gente joven ya hay, aunque no tanta como antes, y tiene bastante buen nivel".
El oriotarra, al igual que Telleria, considera que hay que ofrecer más competiciones a los chavales: "Veo un calendario corto para los recién iniciados. Con un solo campeonato, si no eres muy cabezón, la temporada se hace muy larga".
Luxarbe dirige los pasos de la campeona de Euskadi, Idoia Etxeberria, una de las pocas chicas que practica la modalidad: "Es un fenómeno. Ha surgido y punto. Ha nacido harrijasotzaile y tiene mucha fuerza. Si tiene suerte, podrá dejar atrás a muchos chicos. Eso sí, veo que las mujeres todavía tienen miedo de salir a la plaza".
El oriotarra también entrena a dos harrijasotzailes en Orio, y una vez a la semana viaja a Hendaia para adiestrar a dos levantadores lapurtarras; Xabier Ostiz y Sébastien Martikorena.
Luxarbe explica que hay intentos para "abrir una escuela en Aduna; está a punto de caramelo. Sería una escuela de herri kirolak".
Respecto al nivel de los nuevos harrijasotzailes, Luxarbe es más escéptico que sus compañeros: "Los jóvenes de ahora me van a matar si digo que no llegan a la altura de los viejos de antes (ríe). Es que los jóvenes ahora hacen muchos más deportes y, para mejorar, tienes que estar inmerso en uno solo".
La gran promesa del levantamiento de piedra es Urdax Magunazelaia que, con solo trece años, ya ha sido capaz de levantar 150 kilos. El encargado de pulir este diamante en bruto es Zelai, uno de los grandes especialistas de la historia en piedras pequeñas. El exlevantador de Mallabia recuerda que "siempre ha habido miedo de que tanto el levantamiento como el hacha se acabe, pero siempre sale alguien. Hay que tener paciencia. Los jóvenes ven los récords muy lejos y se desaniman, pero lo importante es seguir, poco a poco. Siempre tendremos a alguien que nos dé alguna satisfacción".
El vizcaino entrena también a su propio hijo y a otros chavales: "Cada uno anda a su aire, sin presión pero avanzando. Toda la vida ha habido alguien entrenando por aquí. Juegas con el físico y con las cualidades de cada uno. Urdax, por ejemplo, es joven y hay que dejarle jugar y que disfrute del deporte, porque con esa edad no le puedes meter las palizas que nos metíamos nosotros. También juega a rugby y a pelota, y a medida que vaya avanzando se dará cuenta de que debe sacrificarse más". Zelai explica que la Federación de Bizkaia le ayuda "a buscar exhibiciones y con las piedras. Por ejemplo, nos encuentra sitios para hacer récords".
El vizcaino admite que "todos queremos que salgan levantadores buenos. De entrada, yo siempre he sido de querer ganar; no soy de esos que dicen que lo importante es participar. Pero no todos pueden ganar. Si a un chaval le enseñas que lo importante es ganar, ese chaval se desmotiva y lo deja. Lo importante es que haya levantadores, y luego, si alguno sale bueno, mejor".