Donostia. Con la majestuosidad del Duomo di Milano como marco del podio final, Alberto Contador parecía pequeño. Humano. Ha sido la única vez que lo ha parecido en este Giro de Italia que tantos guiños ha realizado al 150 aniversario de la creación de la República Italiana. Ayer tuvo otro detalle a la historia. Involuntario. De hecho, fue un error. Sucedió en el momento de coronar en el podio al pinteño flanqueado por Michele Scarponi segundo y Vincenzo Nibali tercero, cuando en lugar de sonar el actual himno español, lo hizo el encargado por Miguel Primo de Rivera a José María Pemán y que luego adaptaron y adoptaron los nacionales tras la Guerra Civil, aquel que tantos niños debieron cantar en las escuelas durante la dictadura.

De algún modo, Contador también ha sido un dictador en este Giro, pues el pelotón ha escrito la carrera a su dictado. El pinteño no se molestó por el "error inaceptable", como reconoció la organización. De hecho, se ha acostumbrado a aguantar el tipo cuando no reconoce las notas. Peor fue en el Tour de 2009, cuando pincharon el himno danés, ese que no sonó en 2007, cuando Michael Rasmussen fue retirado por el Rabobank siendo líder a cuatro días de llegar a París. Fue entonces cuando comenzó la era Contador, como en su día arrancaron las de Miguel Indurain, Bernard Hinault, Eddy Merckx o Jacques Anquetil. El de Pinto es uno de ellos. De los grandes.

Ayer sumó su segundo Giro que, como el de 2008, lo disputó al no tener clara su presencia en el Tour. Entonces, en Francia vetaron a su Astana por los positivos de Vinokourov y Kashechkin, y este año porque la resolución del TAS a su caso le podía privar de él. Tras meses de incertidumbre y tragar bilis, ayer celebró su éxito durante todo el último kilómetro. Era lo que había prometido la víspera, cuando afirmó que no tomaría riesgos en la crono para degustar su victoria. Solo achuchó en los primeros kilómetros, cuando marcó el mejor tiempo en el primer parcial, un segundo mejor que David Millar (Garmin-Cervélo), que acabaría llevándose la contrarreloj con siete segundos sobre el danés Alex Rasmussen (Highroad). El madrileño del Saxo Bank acabó a 36, pues no limó en las escasas curvas del circuito milanés y dio rienda suelta a su algarabía en la parte final: "Hacía tiempo que no disfrutaba tanto en una carrera. El reconocimiento del público ha sido espectacular", comentó.

En un Giro caótico, la crono final no deparó sobresaltos. Scarponi no cedió su segunda plaza a Nibali, que salió a por todas. El siciliano arriesgó tratando de mover un gran desarrollo desde la salida, pero al final no tuvo piernas para mejorar su tercer puesto de 2010.

Hiciera lo que hiciera, John Gadret iba a acabar cuarto, mientras que Purito Rodríguez aguantó la quinta pese al empuje de Roman Kreuziger, que ascendió a la sexta a costa de un José Rujano que si no retrocedió más fue porque Denis Menchov no dio la vuelta a su tormento camino de Sestriere y finalizó a 2:03 de Millar. El ruso solo recortó 19 de los 25 segundos en los que le aventajaba el venezolano. Pero no tenía más gas.

Otro tanto le sucedió a Mikel Nieve, aunque en su caso no sea un especialista, y el leitzarra se cayó del top 10, por el que luchaba con Steven Kruijswijk y Kanstantsin Sivtsov. En cualquier caso, chapeau por el navarro, por Igor Antón y por Euskaltel-Euskadi, que al fin pudo sacarse en el Giro una espina que acumulaba ya mucha roña. Ya no escuece.

En su cuarto Giro, y a sus 34 años, el escocés completó dos ciclos, al colarse en el selecto grupo de ciclistas que fueron líderes y ganaron etapas en las tres grandes. Sus dotes de especialista le han permitido sonreír en seis contrarrelojes entre el Tour, la Vuelta y el Giro: Futuroscope (2000), Salamanca (2001), Nantes (2003), Cuenca (2006), Toledo (2009) y, ayer, Milán. En la ronda gala también levantó los brazos en otra jornada en línea, cuando batió al sprint a David Etxebarria en Beziers.

El ciclismo estatal también ha hecho historia en el Giro, al igualar las seis victorias de etapa de 1974: cinco de José Manuel Fuente y otra de Shanti Lazcano. Ángel Vicioso, Fran Ventoso, Mikel Nieve, Igor Antón y Contador (2) firmaron la media docena. Si no ha habido más, ha sido por la generosidad del pinteño, que se hizo con la regularidad y solo dejó la montaña para Garzelli.