donostia. Parecía que Titín III y Pascual habían tocado techo. Tras batir por la mínima a Olaizola II y Begino hace una semana, daba la impresión de que habían alcanzado su tope. Pero nada más lejos de la realidad. Una semana más tarde, concretamente ayer, y en el mismo escenario donde completaron la gesta de endosar a los líderes su primera derrota en el campeonato, riojano y navarro demostraron que no tienen límite. Titín correspondió con acierto a la sobresaliente actuación de Pascual, al que ayer le hubiera venido de perlas jugar sin techo. Literal. El doblero exhibió pegada -de hecho, su único error de bulto lo cometió por darle excesiva altura a una pelota que se estrelló en la cubierta del Adarraga-, dirección y colocación.
El triunfo engancha al delantero de Tricio y al zaguero de Abárzuza a la encarnizada lucha por uno de los cuatro puestos que dan acceso a la liguilla de semifinales, mientras que sus rivales, Berasaluze VIII y Apraiz, se descuelgan levemente de la pelea, aunque la gravedad aumenta por las escasas jornadas que restan (tres) para la conclusión de la primera fase del torneo.
Empatadas a tres victorias, las dos parejas que comparecieron ayer en el Adarraga necesitaban el triunfo como el comer: para aumentas sus opciones matemáticas de entrar en semifinales y para reforzar su moral. La de Berasaluze VIII y Apraiz estaba maltrecha tras caer ante Gonzalez y Laskurain (18-22); la de sus rivales, por los aires después de remontar y tumbar a Olaizola II y Begino (22-21). Y ayer la terminaron de repuntar. Desde el inicio. Sin tregua. Con Pascual gozando en cada pelotazo y Titín rematando sin apenas fallo -sólo tuvo tres errores de los que, eso sí, no se olvidó al término del encuentro-.
El caracolero, afrontó el encuentro a tumba abierta, como acostumbra. De ahí se desprende un parcial de salida (9-1) que estuvo a punto de acabar con las ilusiones de Berasaluze VIII y Apraiz. Los vizcaínos tuvieron su oportunidad de engancharse a la lucha por el triunfo. Iniciaron una remontada que se cercenó en el 9-5.
Pudieron apretar más el electrónico, pero su reacción se frenó en una dejada de Berasaluze VIII a escasos centímetros del frontis que se le marchó por debajo de la chapa. Recuperada la iniciativa, Titín y Pascual olvidaron el pequeño tramo de sufrimiento por el que atravesaron. Volvieron a hacer su juego -dominio del zaguero y capacidad rematadora del delantero- para acelerar hasta el cartón 22. Con una ventaja amplia y la dificultad añadida de Pascual, que superó a un Apraiz también con mucho golpe.