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De capa caída

El Lagun Aro, lastrado por una defensa muy permisiva y el flojo rendimiento de jugadores importantes como Salgado, Doblas o Panko, se lleva una paliza en el Príncipe Felipe (88-72)

De capa caídaFoto: efe

ZARAGOZA. El partido era lo suficientemente importante como para saltar a la cancha del Príncipe Felipe al 100% y con los cinco sentidos puestos, pero por lo visto los jugadores no lo pensaron así y regalaron los primeros 20 minutos de partido. La consecuencia fue que el Lagun Aro recibió un severo correctivo, porque acabó arrollado por un rival directo como el CAI (88-72) y encajó su cuarta derrota consecutiva del curso. Definitivamente, el conjunto de Laso ha perdido la intensidad y la magia del inicio de temporada. Unicaja, Alicante, Caja Laboral y CAI Zaragoza han sido los últimos verdugos de un equipo cuyo rendimiento está cayendo peligrosamente. La situación clasificatoria no aprieta, pero urge, al menos, recuperar la ilusión. Varios jugadores clave han perdido su inspiración, algunos que salen del banquillo no dan garantías y encima la defensa fue muy mala durante demasiados minutos. Cuando menos preocupante, aunque también solucionable a poco que se pongan las pilas ya.

El Lagun Aro no se enteró de la fiesta durante muchos minutos, sobre todo en los dos primeros cuartos. Atacó más mal que bien y defendió fatal. El CAI hizo lo que quiso, sobre todo el trío formado por Cabezas, Quinteros y Aguilar. El base pretendido por el Caja Laboral ridiculizó a un Salgado totalmente impotente, incapaz de pararlo. También se puso las botas Aguilar, sobre todo cuando le tocó emparejarse con el apático Tskitishvili, que no era capaz de cerrar el rebote defensivo pese a sus 211 centímetros de altura. Para no creerlo. El rendimiento del georgiano ya está bajo sospecha porque una cosa es no anotar y otra, dejarse llevar también atrás. Laso se desesperaba en el banquillo. ¿Dónde ha quedado ese empeño defensivo de los primeros compases de la temporada? Un dato que demuestra el hambre de uno y otro equipo es que el CAI capturó 39 rebotes y el Lagun Aro 25. Una diferencia abismal.

Así las cosas, el 46-35 al descanso era incluso un buen resultado porque durante el primer tiempo el CAI fue amo y señor del partido. El regreso de vestuarios resultó desolador. Los locales lograron un parcial de 5-0 y su ventaja ascendió a los quince puntos (50-35). Entonces empezaron a defender los hombres de Laso. Demasiado tarde y eso que en varias ocasiones el Lagun Aro se acercó y pensó incluso en ganar. Un parcial de 2-11 en el tercer cuarto y otro 0-7 en el inicio del último acto apretaron el marcador al 63-60. La reacción llegó de la mano de Alfonso, sin duda el que más coraje le echó, de la tibia mejoría de Doblas y de los puntos del de siempre, Baron.

Pero ese esfuerzo empleado en la remontada pasó factura y el Lagun Aro llegó sin aire a los últimos siete minutos del choque, cuando había que rematar la faena. Dos canastas seguidas de Darren Phillip y el espectacular acierto de Quinteros, a quien nadie pudo detener y se fue hasta los 27 puntos, desnivelaron la contienda. El GBC bajó definitivamente los brazos y no solo perdió, sino que se llevó una paliza del Príncipe Felipe, sembrando las primeras dudas sobre su devenir.

Pocos argumentos Al igual que contra el Alicante, tres jugadores de la importancia de Salgado, Panko y Doblas estuvieron flojos. Un día vale, pero dos en apenas quince días es síntoma de que algo no funciona. Tampoco estuvo fino Miralles. Demasiados pocos argumentos pese a que el CAI tampoco demostrara gran cosa. Ahora viene el Barça, contra el que lo normal es perder, pero en el inicio de la segunda vuelta visitarán el San Sebastián Arena el Fuenlabrada y el Menoría. Ahí deberá demostrar el Lagun Aro si realmente está de capa caída o si lo suyo es un mala racha pasajera de la que saldrá pronto.