Estambul. Las selecciones de Serbia y España, finalistas del pasado Europeo de Polonia, disputarán el primero de los partidos de cuartos de final buscando un puesto para luchar por las medallas.

Serbia volvió por la puerta grande al baloncesto internacional con la medalla de plata conquistada en la cita polaca del año pasado, y lo hizo con una nueva generación de jugadores jóvenes llamada a conseguir grandes logros en los próximos años.

Aúnan calidad, talento, altura y fuerza. Todo de la mano del seleccionador Dusan Ivkovic, un verdadero mago del baloncesto balcánico, forjador de innumerables estrellas de proyección mundial.

"El partido contra Serbia en nada se parecerá al de la final del Europeo. Los equipos son completamente distintos y ellos tienen un año más de experiencia", apuntó Scariolo.

Serbia está haciendo un Mundial casi inmaculado, tras perder un único partido en la primera fase contra Alemania. En octavos de final demostró que también saben jugar bajo presión, al ganar a Croacia por un solo punto en un partido con grandes connotaciones para ambos equipos por la rivalidad.