una semana después del enredo de Urretxu, en el que Martínez de Irujo y uno de los jueces mantuvieron una acalorada discusión (el juez señaló erróneamente como atxiki una paradita reglamentaria de Irujo) que obligó a Fernando Vidarte, máximo dirigente de Aspe, a bajar al vestuario para convencer a su pelotari de que continuara el partido, empresa y jueces apuestan por rebajar la tensión del incidente para lo que tienen prevista una reunión de trabajo con el objetivo "de encauzar la situación y de que todo vuelva a la normalidad lo antes posible porque no existe un caso Irujo", señalaron fuentes conocedoras del proceso, que destacaron que "se le ha dado demasiado bombo al asunto y eso tampoco es bueno ni para los jueces ni para el pelotari porque ahora el público puede coger ojeriza a Irujo y tampoco es eso. No sería justo con él. No se trata de un asunto de buenos ni de malos, por eso debemos caminar en la misma dirección y reconducir la situación; así ganaremos todos. Con mantener las formas se avanzaría mucho porque los errores, tanto de pelotaris como de jueces, van a existir siempre".

Consideran las mismas fuentes que "tampoco se deben sacar las cosas de quicio. Irujo es un pelotari de genio, nervioso, y se equivocó en la reacción, eso está claro, pero tenía razón en la jugada. La paradita que hizo está reglamentada y no se puede señalar como falta. No se puede decir que hay atxiki en esa jugada. Además, el juez se equivocó porque nunca se puede discutir con el pelotari diga lo que diga éste. Se señala lo que se ve y punto. No hay que dar explicaciones al pelotari cuando se toma una decisión. En la cancha manda el juez acierte o no. A partir de ahí, está el acta para reflejar las incidencias y fin de la historia. En los partidos hay que tener calma y sangre fría y el que no pueda mantenerla se encuentra en el lugar equivocado. Hay que ser inmune a lo que diga el pelotari y, aunque la presión en los grandes partidos existe, el juez debe actuar de igual manera frente a todos los pelotaris. Le tiene que dar igual quién esté sobre la cancha y cuál sea la situación. Debe estar preparado".

El reglamento estipula que la parada dentro del cuadro uno se puede realizar "empujando la pelota sin que por eso se trate de una irregularidad o falta", argumentan las mismas fuentes, que señalan que el problema es "como siempre determinar si se ha empujado más de la cuenta la pelota, y eso es una cuestión de apreciación del juez, por lo tanto subjetiva". La cuestión es que los jueces no tienen una forma objetiva de medir semejantes jugadas porque no queda explicitado en la normativa que rige el juego. "Se trata de un asunto subjetivo porque no hay un tiempo estipulado para decir que se ha retenido la pelota en la mano más de la cuenta, así que... De todas maneras la jugada en cuestión es muy común y no es atxiki. El atxiki es coger la pelota y tirarla y no era el caso", concretan las mismas fuentes.

jueces de nivel lepm Reclama, después del famoso pasaje, Fernando Vidarte, administrador único de Aspe, mayor presencia de jueces de la Liga de Empresas, que vienen a ser la élite entre los árbitros de la pelota a mano. "La principal diferencia es que están más acostumbrados a arbitrar partidos importantes, en los que hay mucho en juego, porque el reglamento es el mismo para todos los jueces y todos lo conocen. Digamos que los jueces LEPM saben manejarse mejor bajo presión", analizan las fuentes consultadas por este periódico, que no creen que la remuneración deba influir en su rendimiento. "Se habla de la remuneración, de si es suficiente o no para la responsabilidad que tienen, pero eso no es argumento que deba importar a la hora de impartir justicia. Nada más".

El estamento arbitral no está sólo de actualidad por lo que sucede en las canchas, sino también por la actividad en los despachos. Y es que Javi Gómez ha sido señalado para relevar a Alfredo del Cura como coordinador de los jueces de la LEPM. Xabier Errasti, presidente de la Federación Vasca de Pelota, ha decidido proponer a Javi Gómez, que el domingo estuvo en Eibar, donde jugaba Irujo y se encontraba Vidarte, como enlace entre los jueces y las empresas.