La demora de Olazabal
Mikel, a sus 23 años, posee un desarrollo muscular semejante al de un chaval de 19 "Su madurez física será más tardía", señala su anterior preparador, Josu Irigoien
césar ortuzar
donostia. El músculo, su gobernación, su gestión, desarrollo y engorde es un asunto mayor en la pelota, proclive como otras disciplinas a la halterofilia y el culturismo. "Es que no queda otra, el desarrollo muscular bien dirigido es imprescindible", proclama Josu Irigoien, preparador físico de Abel Barriola, Rubén Beloki y hasta hace un par de meses de Mikel Olazabal, una de las jóvenes promesas de Aspe, que se enfrentará a Asier Olaizola el próximo sábado en Larrainzar en la ronda inaugural del Cuatro y Medio.
Trabaja desde septiembre el delantero de Areso bajo las órdenes de Justo Lillo, preparador físico de un grupo de manistas de la promotora eibarresa, tras un complicado verano que laminó la confianza de Mikel, un delantero exquisito pero con un déficit estructural en su andamiaje, según Irigoien, conocedor de cada palmo del traje fibrilar que abriga el esqueleto de Olazabal después de esculpir su armadura durante 15 meses.
"A Mikel le falta madurez muscular, es un chaval que no tiene una musculatura acorde con su edad. Su punto de partida respecto a otros pelotaris de su edad es más retrasado", apunta Josu Irigoien.
Tiene el delantero navarro 23 años, los cumplió el pasado 15 de septiembre, sin embargo, su cuerpo lo niega. Desacompasado, arrítmico, lleva cierto retraso. Metrónomo dislocado. Su musculatura es más joven que sus huesos y su mente, entre tres y cuatro años. "Digamos que muscularmente parece un chaval de 19 ó 20 años a lo sumo", resuelve el preparador navarro.
Necesita Olazabal desarrollar su cuerpo, su principal carencia. "Es un chaval muy trabajador y tiene las ideas muy claras, va por el buen camino, y seguro que conseguirá un tono muscular adecuado con trabajo".
Cree Irigoien que el método estajanovista necesita, empero, un elemento esencial, indispensable, para que la mezcla sea eficiente: paciencia. "Mikel desarrollará el cuerpo, pero además de entrenamiento muscular tendrán que darle tiempo. Tienen que tener paciencia con él. Es fundamental", precisa.
en busca de la fortaleza En un deporte que se mueve con mayor celeridad que nunca, donde las explosiones de pelotaris se producen con cierta cadencia o al menos así lo esperan las empresas y muchos aficionados, a Olazabal, un manista muy prometedor, le toca esperar su turno. "Posiblemente su madurez física la adquiera con 27 ó 28 años y su carrera deportiva tenga mayor recorrido que la de otros pelotaris que han explotado antes físicamente", describe Josu Irigoien, en un paisaje en el que el ascendente de la carrocería, del músculo, es considerable.
"Sólo hay que ver a los delanteros de los estelares. Todos los delanteros de hoy en día, salvo alguna excepción, son muy fuertes y potentes físicamente. Con el talento no vale, éste tiene que estar acompañado por un gran físico". Posa su mirada sobre el armazón de Olazabal Josu Irigoien y observa un símil con el recorrido muscular de Julián Retegi.
"A los 23 años, Retegi II era muy flaco, con el cuerpo sin hacer, pero a los 35, cuando otros estaban de retirada, él todavía se encontraba en pleno apogeo. A Mikel le puede suceder algo parecido en ese aspecto", concluye.