Lucinda Williams, ‘un poco de ayuda’ de The Beatles
Apunto de cumplir 72 castañas y todavía recuperándose de un derrame cerebral que le ha afectado a su movilidad y le impide tocar la guitarra, Lucinda Williams conserva firme la voz, el arrojo y la vitalidad de la adolescente que soñó con ser cantante cuando descubrió el blues y a Bob Dylan. Luego llegaron los Stones y los de Liverpool, a quienes dedica su disco actual, Lucinda Williams Sings The Beatles From Abbey Road (Highway 20 Records), el último de su serie de versiones, que se publica cuando se conoce su regreso al Azkena Rock de Gasteiz en 2025, junto a The Flaming Lips, Buzzcocks o Manic Street Preachers.
Coincidiendo con su paso, en 2023, por el festival gasteiztarra, Lucinda volvió a la actualidad con Stories From a Rock N Roll Heart, un disco maravilloso y eléctrico de temas propios, a la vez que una oda a la perseverancia y a la sanación a través de la música, y una audaz e hiriente autobiografía, No compartas con nadie los secretos que te conté (Liburuak), en la que narraba su vida musical y personal a corazón abierto, incluidos un intento de violación, el suicidio de amigos, la herencia de una madre con problemas mentales
Ella, que siempre ha disfrutado tocando canciones de otros, se encerró en el estudio Room and Board, en Nashville, con Ray Kennedy, colaborador de su colega Steve Earle, y su banda para rendir tributo al cancionero de Tom Petty y sus The Hearbreakers. Aquellas sesiones en directo, filmadas en vídeo, retransmitidas y después traspasadas al formato físico, siguieron con versiones de clásicos del Southern Soul, Bob Dylan, el country de los 60, los villancicos y The Rolling Stones.
Montaña rusa
Ya en lo alto de “una montaña rusa” y con el deseo de “ser productivos”, se planteó qué podía grabar después de los Stones. La elección surgió rápida, los siguientes serían el grupo de Lennon y McCartney. Lucinda Williams Sings The Beatles From Abbey Road es una realidad que agrupa una docena de las más de 200 canciones de los de Liverpool.
Aprovechando que tenía que tocar en Londres, contrató el mítico Abbey Road y grabó los 10 temas, convenientemente ensayados, en tres días. El problema mayor surgió en la elección del repertorio.
Resulta mayoritaria la elección de temas de su última etapa, de la eléctrica Don’t Let Me Down, tema de Lennon sobre su vulnerabilidad ante el amor a Yoko y su dependencia de las drogas, y en la que sobrevive el teclado y su solo, a la acústica, sin piano, con guitarra y teclados soul Let It Be. De la primera época del grupo solo rescata Can’t By My Love, aunque reconoce que “podría haber grabado más, ya que me encantan en los inicios de los 60”. l
Un trabajo encomiable entre la devoción, el respeto y el estilo propio.