Antonio de Gaztañeta fue un prestigioso ingeniero naval y almirante nacido en Mutriku y que vivió entre 1656 y 1728. Fue un novator, es decir, un hombre de ciencia, impulsor de la Ilustración en Euskal Herria y obsesionado con los avances tecnológicos. Tanto es así, que en el inventario de bienes, que su viuda hizo tras serle notificado el fallecimiento de su esposo, constan un par de microscopios, invención del holandés Anton van Leeuwenhoek. Es más que posible, asegura el investigador Carlos Rilova, que fuese Gaztañeta quien trajese al País Vasco los primeros instrumentos de este tipo.

Rilova es el autor de una nueva investigación sobre el marino guipuzcoano que ha publicado el Departamento de Cultura de la Diputación –varios autores ya se acercaron a esta figura en 1992–, en una colección centrada en la recuperación biográfica de personajes históricos. Rivola, que ha comparecido este martes en el Museo Marítimo Vasco, ha presentado las aportaciones de Gaztañeta, del que ha afirmado que su importancia “universal” es indiscutible. En esta nueva investigación ha recurrido a nuevas fuentes del Archivo General de Simancas, donde ha encontrado documentos como aquel en el que se le concedía el rango de almirante al navegante.

El novator desconocido. Vida del almirante Antonio de Gaztañeta supone un retrato amplio de una figura poliédrica del barroco europeo. Por un lado, se centra en la narración de las conquistas navales del protagonista; por otro, en su contribución a la ciencia. Todo ello, por supuesto, devuelve una visión de lo que era la realidad social entre los siglos XVII y XVIII.

Colecciones como la promovida por la Diputación, opina el autor, sirven para poner frente a la sociedad científica realidades históricas ocultas. Así, frente a la importancia que se ha dado siempre a los astilleros holandeses, Rilova rescata el hecho de que fue Gaztañeta el primero en escribir un manual de ingeniería naval, que tituló como El Arte de Fabricar Reales (1688). Mientras otros países desarrollaban sus embarcaciones mediante un “analfabetismo científico”, un proceso de “boca-oreja”, aquí se recurría a lo mensurable. De esta manera, la labor del mutrikuarra permitió racionalizar la construcción naval mediante planos y el uso de operaciones matemáticas. “Perteneció a círculos científicos que llegaron a ser distinguidos por Isaac Newton”, añade.

En cuanto al ámbito militar también sobresalió. Era un hombre de “gran pericia marinera” que podía haber inspirado las novelas del irlandés Patrick O’Brian. “En el siglo XVIII quien hacía ese tipo de hazañas como las que se cuentan en esos libros era Gaztañeta”, expone y pone un ejemplo: durante la guerra anglo-española, en 1727, la Armada británica había bloqueado Portobelo –actual Panamá–. Gaztañeta, dirigiendo el buque del tesoro americano, logró escamotear toda una flota, rompiendo el bloqueo y esquivando a tres almirantes del enemigo. “Eso ha quedado en la letra pequeña de las fuentes británicas y en las nuestras hasta ahora no había aparecido”, se ha lamentado.

Por último, el investigador ha recuperado documentos que dan pistas sobre cómo era la personalidad del novator mediante la relación que mantuvo con su madre, sus hermanas y sus dos esposas.