Cuando Sasibill representó la zarzuela La corte del faraón en el año 2007 fue todo un éxito. Ahora, 16 años después, esperan causar el mismo impacto. La asociación, que lleva un cuarto de siglo fomentando este tipo de producciones, vuelve al Victoria Eugenia con esta obra escrita por Guillermo Perrín y Miguel de Palacios y música de Vicente Lleó. Se trata de una de las mayores producciones de Sasibill en lo que a recursos humanos se refiere. Un equipo compuesto por un centenar de personas será el que consiga que las áridas arenas del antiguo Egipto cubran el escenario del teatro, tanto mañana como pasado mañana, a las 19.00 horas. Esta pieza contará, nada más y nada menos, con 16 solistas, seis bailarines de ballet, cinco figurantes, 34 coristas y una orquesta de 26 músicos.

La corte del faraón, que suele definirse como una versión paródica de la ópera Aida de Giuseppe Verdi, es una “divertida” historia llena de picaresca, sensualidad y dobles sentidos que cuenta la historia de Putifar, un general que es herido en la guerra y no puede cumplir sus deberes conyugales con Lota, la prometida que le entregan el faraón y su esposa tras sus hazañas bélicas. El casto José, un joven esclavo “inocentón” y apuesto, será quien deba sustituir a Putifar en sus compromisos maritales. La dirección artística corre a cargo de Josean García, que explica que recrearán los cinco cuadros de esta obra mediante proyecciones. El libreto, explica García, también se ha retocado ligeramente para prescindir de algunos aspectos que han quedado desfasados y chirriarían en la sociedad actual. “La obra es muy graciosa, muy entretenida, picaresca, con una gran música que no tiene desperdicio”, expone este veterano de la zarzuela. De hecho, la obra era tan “picante” que, aunque se estrenó en 1910, estuvo censurada durante las décadas del franquismo y no se volvió a montar hasta la muerte del dictador.

Todos los miembros de la compañía, que desde el miércoles ensaya en el Victoria Eugenia, comparten la misma idea: La corte del faraón hará que el patio de butacas estalle en carcajadas. Jon Imanol Etxabe es uno de los protagonistas e interpreta al casto José, “objeto de deseo”, no sólo de Lota (Elisa di Pietro), sino de todas las mujeres de la corte. Para Etxabe esta es la tercera producción en la que colabora con la Asociación Lírica Sasibill, tras Doña Manolita y La dolorosa. “De los cuernos se habla muchísimo”, ríe el intérprete, para luego ejemplificar el tono general de la pieza con un ingenioso doble sentido: “De los cuernos del dios Apis, quiero decir”. 

En cuanto a las voces se refiere, cuenta Etxabe, su papel tiene cierta complicación. Él es barítono, pero personaje de el casto José es “un tenor casi cómico”. “Como siempre he sido un barítono no muy al uso, ha sido una oportunidad perfecta”, cuenta.

Elisa di Pietro coincide con Etxabe. Para ella, como cantante, también es un reto. No en vano, como soprano tiene que enfrentarse a unos registros algo “graves”. Su papel, el de Lota, una mujer que “quiere feria” pero “no encuentra varón”, le divierte mucho. Es este el personaje que impulsa la acción y motiva el avance de la historia. Siempre cerca de Lota se encuentra Raquel, papel que recae sobre Estibaliz Arregi, con estudios de canto lírico en el Conservatorio Jesús Guridi en Gasteiz y, actualmente, alumna de Musikene. Se trata de una figura que “aconseja” a Lota –también canta mucho a dúo con ella– en este triángulo amoroso que se cierra con José y Putifar y que en el libreto original se divide en dos personajes, el de la propia Raquel y Artemisa. 

Otro de los personajes que cae rendida ante los encantos del casto José es la reina, a la que da vida Marifé Nogales, intérprete que repite en este papel tras haber participado en la producción de La corte del faraón de 2007. En su caso, la mezzosoprano reconoce que vocalmente no le supone un gran reto, pero sí en cuanto a vis cómica se refiere. “Es algo que me encanta, pero le tengo mucho respeto. Busco colores al papel para no parezca sobreactuada”, expone.

Arkaitz Mendoza y la orquesta en un momento del ensayo en el Victoria Eugenia. Ruben Plaza

Una zarzuela con “mucho ritmo”

Arkaitz Mendoza es el que, desde el podio del foso, se encarga de la dirección musical. La corte del faraón, explica, no es una zarzuela especialmente larga –dura aproximadamente dos horas– y se compone de ocho números. Al ser una obra tan divertida, la orquesta, que cuenta además con jóvenes músicos debutantes, tiene que estar muy pendiente de las escenas, porque se caracterizan por tener “mucho ritmo”. “Hablamos de una zarzuela mítica que está muy bien escrita e instrumentada”, dice el batuta, que recuerda que una de las tonadas más conocidas de este trabajo es el famoso cuplé Son las mujeres de Babilonia. De hecho, en esta zarzuela hay de todo, no sólo cuplé, también habaneras y marchas solemnes. Es decir, “mucho ritmo”.