Claudia Besné (harpa), June Agirre (guitarra) e Ismael Gil (piano), así como el cuarteto Cadenza de saxofón y el dúo Kirudat de percusión, conforman el selecto grupo de jóvenes talentos locales que desplegarán todo su potencial artístico a lo largo de esta semana en la 84ª edición de la Quincena Musical de Donostia.

Serán cinco los conciertos que incluirá el Ciclo de Jóvenes Intérpretes del festival clásico donostiarra, que ofrecerá cada tarde de esta semana –desde este lunes hasta el viernes– un recital en el Palacio Miramar que brindará la oportunidad de lucirse a esos noveles intérpretes que aún están en formación.

Cuatro de las cinco sesiones estarán protagonizadas por alumnos del Centro Superior de Música del País Vasco-Musikene, con el que la Quincena colabora y cuyos alumnos participan también en otras citas del certamen, como fue el caso de la jornada inaugural del pasado 3 de agosto.

La propuesta de este año es “muy diversa” en instrumentos y repertorio, que va “desde el Barroco hasta la música contemporánea”, ha explicado este lunes la responsable de la Quincena Oihana Muguerza, en la presentación del ciclo en el centro Kursaal, junto al subdirector de Musikene Jesús Echeverria y varios de los jóvenes interpretes que tocarán estos días.

Echeverria ha destacado que los participantes han sido seleccionados en audiciones que Musikene hace expresamente para este ciclo y representan no sólo al joven talento vasco, sino al procedente de otros lugares del Estado.

Esta parte de la Quincena constituye un auténtico “escaparate” para la escuela de Euskadi, ha asegurado su responsable, quien ha agregado que este año estará representada por dos agrupaciones y dos solistas de “calidad garantizada”.

El ciclo arranca este sábado con la arpista Claudia Besné, la única que no estudia en Musikene, sino en el prestigioso Mozarteum de Salzburgo, donde cursa un máster.

Donostiarra de 26 años y antigua alumna del conservatorio Francisco Escudero de Donostia, Besné ha explicado que el recital del Palacio Miramar le dará la oportunidad de “agradecer” a la Diputación de Gipuzkoa y a Nicanor Zabaleta “todo” lo que le “han dado”: la institución foral, una beca, y el gran arpista vasco, un modelo a seguir.

La intérprete, que actualmente toca en la EGO y en la Joven Orquesta Nacional de España (JONDE), ha elegido un programa en homenaje a Zabaleta que recoge obras que fueron escritas para él, como la Sonata para arpa solo, de Germaine Tailleferre, o la Sonata vasca, de Aita Madina, junto a piezas contemporáneas como la espectacular Suite galactique, de Caroline Lizottte.

El martes será el turno de June Agirre, una jovencísima guitarrista de 21 años, que ha preparado, tal como ha indicado, un concierto “muy variado” en el que recopila “obras y compositores de distintas épocas”.

Galardonada en varios concursos de Euskadi y Navarra, su programa abarcará dos siglos de música para guitarra, con piezas barrocas de Johann Sebastian Bach a otras románticas de Johann Kaspar Mertz, pasando por obras ya del siglo pasado, de Lennox Berkeley, y del repertorio latinoamericano y español, entre las que figuran Julia florida, de Agustín Barrios, Asturias, de Isaac Albéniz, o Capricho árabe, de Tárrega.

Cuatro saxofones conforman el Cadenza Quartet, que integran Diego Levices, María Ortiz, Claudia Carballo y Jorge Esteban, quienes ofrecerán el miércoles una actuación en la que tocarán, entre otras piezas, dos arreglos de obras muy populares escritas originalmente para cuerda como la Suite Holberg, de Edvard Greig, y el concierto número 12, el Americano, de Dvorak.

El pianista asturiano Ismael Gil dará el penúltimo concierto, interpretando sonatas de Antonio Soler, piezas de Ravel y algunos extractos de la Suite iberia, de Albéniz.

El percusionista Markel Pérez, de 20 años, prometió para la sesión de cierre de este viernes “un espectacular” recital junto a su compañero Juan Luis García.

Kirudat Dúo, por último, aseguró que sorprenderán al público tocando varios instrumentos y alternando obras escritas expresamente para percusión, como la Toccata para vibráfono y marimba de Anders Kippel con otras que son arreglos de piezas populares, como la Alborada del gracioso, de Ravel, y El aprendiz de brujo, de Paul Dukas.