Buena parte de las imágenes que han llegado a nuestros días sobre la guerra del Rif lo han hecho tras haber sido manipuladas. No obstante, el urretxuarra Eustaquio Berriochoa plasmó con su cámara las costumbres y el día a día de los amazig del norte de Marruecos, al mismo tiempo que retrataba los momentos de ocio de sus compañeros en el ejército español. Ahora, el Museo Zumalakarregi de Ormaiztegi expone estas fotografías en la muestra temporal Rif 1923. Fotografías de Eustaquio Berriochoa Elgarresta, que se puede ver hasta el 3 de diciembre.

Nacido en 1899, Berriochoa fue, según parece, enviado al Rif en 1923 con el objetivo de cartografiar el territorio rifeño. España se encontraba desde 1911 en guerra contra los amazig, personas pertenecientes a un conjunto de etnias autóctonas del norte africano, que se encontraban afincados en esta zona de Marruecos. Tras el reparto europeo de África, esta población llevó a cabo una serie de levantamientos en contra del protectorado español que acabaron en un conflicto que se extendió hasta 1927.

Hasta hace cinco años se desconocía la existencia de las fotografías realizadas por Berriochoa durante este periodo y que fueron a parar a manos del Ayuntamiento de Urretxu. El Museo Zumalakarregi ha llevado a cabo una selección que “recoge una imagen cercana de la sociedad rifeña” al mostrar su día a día y sus costumbres, desde un grupo de vendedores de harina hasta una barbería improvisada, “lejos de las habituales imágenes manipuladas de los enemigos”.

Estas imágenes son, si cabe, más sorprendentes al haberse realizado después del desastre de Annual (1921), en el que el ejército español sufrió la muerte de más de 10.000 soldados y que le sirvió al líder Abd-el-Krim para proclamar la República del Rif. 

A pesar de esta victoria, la guerra continuó hasta el desembarco de Alhucemas en 1925, lo que propiciaría el fin del conflicto. Aún así, los combates se prolongaron dos años más hasta que Abd-el-Krim se vio obligado a reconocer la legitimidad del Protectorado Español de Marruecos, que no alcanzaría la independencia hasta 1956.

Junto a estas imágenes de la sociedad rifeña, la exposición incluye varias fotografías realizadas por el urretxuarra de sus compañeros trabajando o en diferentes momentos de ocio. También de los episodios más trágicos, con soldados heridos tras la batalla.

Explicando el contexto

Para entender más sobre el contexto de esta guerra, la muestra se complementa con fotografías de otros autores de la época que retratan tanto las décadas anteriores como las posteriores de este conflicto colonial.

Es el caso, por ejemplo, del fotógrafo Ricardo Martín, que, tras retratar en 1921 este mismo conflicto en tierras marroquís fotografía sus consecuencias desde Donostia, a donde eran trasladados muchos heridos en el Rif con un casino Kursaal reconvertido en hospital militar.

Asimismo, incluye otras referencias a la Guerra de África que ya han sido mostradas en exposiciones anteriores por el museo y que pueden visitarse de forma virtual a través de su página web. De este modo, es posible conocer más sobre los 3.000 voluntarios vascos que lucharon en el norte de África en los Tercios Vascongados en los años 1859 y 1860 organizados por las Diputaciones Forales. 

Medio siglo después, nuevos grupos de jóvenes vascos fueron enviados para volver a conquistar esos mismos territorios. Entre ellos, un fotógrafo urretxuarra que trató de dar una imagen más cercana de esa población y que ahora rescata el Museo Zumalakarregi hasta el próximo 3 de diciembre.