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Iker Azurmendi
Ver galería >La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
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La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
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La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
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La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
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La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
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La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
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La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
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La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
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La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
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La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
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La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
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La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
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La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
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La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
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La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
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La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
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La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.
La plaza de toros de Illunbe en Donostia ha acogido este miércoles el primero de las cinco representaciones que el Circo del Sol ha programado hasta el domingo. El gran circo canadiense, que se ha desplazado a la capital guipuzcoana con un equipo de 100 personas de los cuales más de la mitad son artistas, se hace pequeño en su espectáculo OVO, centrado, precisamente, en una comuna de insectos. Moscas, mariposas, libélulas, grillos, escarabajos y hasta una araña roja se han paseado por el enorme escenario de Illunbe, en el que los más intrépidos acróbatas han saltado y se han elevado sin red, ni arnés, por encima de los diez metros. Se trata de un espectáculo mudo para toda la familia, que se estrenó en el año 2009 y que aún sigue girando, y que retrata la historia de una mosca que llega a un nuevo ecosistema con un gran huevo a la espalda. En este nuevo lugar, se enamora perdidamente de una mariquita, causando celos en la araña roja del lugar.