Tras su paso por Donostia, Bob Dylan cierra su gira por el Estado en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, con dos conciertos ayer y hoy, centrados en los temas de su trigésimo noveno álbum de estudio, Rough and Rowdy Ways.

El mítico músico estadounidense, de 82 años, inició su recorrido por el Estado en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII de Madrid el pasado 7 de junio y, después, ha actuado en Sevilla, Granada y Donostia, entre otras ciudades, antes de llegar a Barcelona.

En todos sus conciertos está prohibido entrar en la sala con teléfono móvil, así que, en los accesos al recinto, los espectadores reciben una funda donde meter el teléfono, que permanece bajo llave hasta que salen de la sala.

Este hecho fue una de las causas de las colas que se generaron a la entrada del Jardín Botánico de Madrid y que provocaron malestar entre el público. También hubo algunas quejas por el repertorio, que se aleja de los temas más conocidos del artista, quien, además, cuando recupera uno de sus clásicos, lo hace con nuevas versiones, bastante alejadas de las popularizadas en los discos.

Este tipo de repertorio y estas modificaciones en la interpretación de las canciones más famosas no son una novedad en Bob Dylan, que hace tiempo que monta sus espectáculos en función de su momento artístico y no hace concesiones nostálgicas.

Rough and Rowdy Ways, que interpretó casi íntegro en Donostia, es un disco de blues poético y oscuro sobre los tiempos que vivimos, que en 2020, fecha en la que se editó, fue considerado uno de los mejores del año.

Este álbum ha dado lugar a una gira que empezó en 2021 y que se ha alargado en el tiempo, hasta el punto de que Bob Dylan ya tiene un nuevo disco en el mercado, Shadow Kingdom.

Este trabajo discográfico está formado por canciones de los años setenta, que reinterpreta en el disco y que, previsiblemente, volverá a modificar en el Liceu.