La juventud de Pío Baroja y la práctica de la medicina por Gipuzkoa, la carta que Elkano le dirigió a Carlos I tras llegar a Sanlúcar de Barrameda, la revista cultural Yakintza publicada entre 1933 y 1936, las fiestas y diversiones en Oiartzun en el siglo XVIII y la vida y obra del artista Eduardo Lagarde. Estos son algunos de los temas que aborda el 56º número del Boletín de Estudios Históricos sobre San Sebastián y Gipuzkoa que edita la Biblioteca Doctor Camino de Kutxa Fundazioa y que ha sido presentado este martes por la tarde en un acto en Tabakalera. La directora del Boletín, la historiadora Rosa Ayerbe Iribar ha sido la encargada de desgranar los contenidos de este volumen de “gran calidad” que también busca respuestas a preguntas como: ¿Estuvo la guillotina en la Plaza de la Constitución de Donostia? ¿La primera cooperativa se fundó en Tolosa? ¿Cómo se organizó la atención sanitaria en la capital de Gipuzkoa durante y tras el ataque de las tropas nacionales a la ciudad en 1936?

Es más, la propia directora ha aportado al Boletín un estudio sobre las cofradías y las hermandades del territorio a finales del siglo XIX y su regulación tras un edicto de Carlos III. Destacan, como es lógico, artículos que se centran en pasajes o personajes históricos del territorio. por ejemplo, los efectos de la Guerra de Convención en el siglo XIX en municipios como Tolosa o como la propia Donostia. Asimismo, también aporta visiones sobre el ocio del territorio del pasado. Es lo que hace la licenciada en Historia y Sociología María Rosario Roquero, al centrar su texto en las diversiones de Oiartzun en el siglo XVII, que además de los bailes y danzas con tamboril, también se enfocaban en juegos como la pelota, naipes, apuestas o bolos.

Una vez más y desde la fundación de esta revista académica en 1967, la Biblioteca Doctor Camino ha reunido un plantel de expertos en distintos ámbitos y materias que desgranan en profundidad la veintena de temas que recoge esta publicación científica. Así, por ejemplo, el médico Pedro Gorrotxategi y la filóloga Olatz Gorrotxategi se han volcado en uno de los aspectos más desconocidos de Pío Baroja, su producción en literatura científica, previa a su estancia en Zestoa como doctor. En este sentido, se han sumergido en su tesis doctoral, Estudio acerca del dolor. “El conocimiento del dolor le sirvió para después desde el punto de vista humano”, ha explicado la directora del Boletín.

Por su parte, Manuel Martín-Calero y Eduardo Pagola han explorado la vida y la obra de Eduardo Lagarde, tudelano de ascendencia guipuzcoana, arquitecto, pintor y promotor durante las primeras décadas del siglo XX, mientras que Pedro Berriochoa ha centrado su artículo en el análisis de “una institución cultural de primer orden”, la revista donostiarra Yakintza, heredera de otras publicaciones vascas desparecidas como Euskal-Erria o Euskalerriaren alde. Esta revista se publicó entre 1933 y 1936 y tuvo como director al periodista, escritor y sacerdote José Ariztimuño, Aitzol, represaliado por el franquismo y que fue líder del grupo Euskaltzaleak, surgido en Elgoibar, y que llevó a tener, según Ayerbe, hasta 2.000 socios. “Berriochoa ofrece una visión global de lo que ofrecía Yakintza”, ha añadido.

La carta de Elkano

El Boletín se estructura en tres apartados: Estudios, Miscelanea y Notas. Cada uno de ellos, además, ordena sus artículos de forma cronológica. En la segunda parte, Fernando Txueka dedica un texto “interesantisimo” a las epístolas que dejó Juan Sebastián Elkano tras culminar la primera circunnavegación. 

La carta original escrita por el getariarra se da por perdida, así como el cuaderno de bitácora que escribió y que, teóricamente, se depositó en el archivo de la Casa de la Contratación en Sevilla en 1522. No obstante, se conoce su existencia gracias a una traducción italiana que salió a la luz en 1920 y que, posteriormente, fue traducida a castellano. 

Casi un siglo después, en 2014 se subastó en Madrid un manuscrito inédito que se atribuyó al guipuzcoano y que se conoce como el Manuscrito de Abalarte y que, finalmente, adquirió el Ministerio de Cultura. Lo que hace Txueka es cotejar esta con otros escritos de puño y letra del marino para concluir, entre otras cuestiones, que es bastante improbable que el documento aparecido en 2014 fuese escrito por el propio marino. Aun así, considera que es la primera copia que se conserva en castellano de aquella epístola y que, además, aporta una información que se obvió en la traducción italiana de la que se tenía constancia previa: que las Molucas se encontraban dentro de la demarcación de las propiedades de Castilla, en consonancia con lo dispuesto en el Tratado de Tordesillas.