El escritor Lorenzo Silva (Madrid, 1966) considera que su nueva obra Púa (Destino) es “quizás, la novela más negra” que ha escrito porque aunque la violencia tiene “muchas formas”, ha querido contar “cómo la violencia ejercida desde el Estado, en contra de la ley, y bajo un fin supuestamente legítimo, acaba siendo tan envilecedora para el que la practica como las otras”.

Desde su perspectiva, contar las cloacas del Estado en clave de novela negra resulta adecuado puesto que, en ellas, “prácticamente no hay héroes y todos los personajes son personajes que tienen cosas sucias que ocultar y las ocultan y sus protagonistas mienten, engañan, manipulan y torturan y no puede decirse que sean héroes, precisamente”. Como su protagonista, alguien que dice de sí mismo, en la primera frase, que “es una mala persona, pero que no siempre lo ha sido”.

Silva, que presentó ayer su novela en Bilbao, afirmó que Púa es una novela que trata sobre la guerra sucia “en general”, puesto que “todos los estados tienen lugares donde prefieren no mirar y todos los gobiernos tienen la tentación de decirle a alguien: toma un atajo pero yo no quiero saber nada”.

En ese “no querer saber nada”, prosiguió Silva, “es donde se producen, incluso en democracias muy consolidadas y antiguas, abusos terribles y atropellos de los derechos más esenciales porque alguien que, en algún momento, ejercía el poder pensó que podía tomar un atajo y le dijo a alguien que lo tomara”.

Silva aclaró que es cierto que la vida ha convertido a su protagonista, Púa, en una mala persona porque ha realizado “acciones crueles, ilícitas, y abusivas” y, en la medida en la que ha sido capaz de hacer eso, es una mala persona porque si no, no lo habría podido hacer”.