El cineasta francés Philippe Faucon se encuentra en Donostia, donde mañana presentará dentro del Festival de Cine y Derechos Humanos su película Les harkis, un relato “poco conocido” en Francia y absolutamente “desconocido” fuera del país vecino. Contextualicemos: la guerra de independencia de Argelia contra los colonos franceses se prolongó entre 1954 y 1962. Tres años después del inicio de las hostilidades, el Gobierno francés convenció a ciudadanos argelinos con pocos recursos económicos a defender a la metrópoli de los ataques del Frente de Liberación Nacional (FNL), bajo la promesa de ser reubicados en el Estado galo una vez hubiese terminado el conflicto. A esas milicias locales que jamás vieron cumplidas las promesas del Ejecutivo francés se las conoce como harkis, un término que tras el fin de la guerra pasó a ser sinónimo de “traición”. Tanto es así, que una vez Argelia fue independiente fueron ajusticiados, causando un auténtico genocidio. “Conocí la palabrá harki cuando tenía diez años. Desde el niño supe que se trataba de algo vergonzoso, que hacía referencia a una masacre que mucho después de acabar la guerra siguió presente en la sociedad francesa, aunque estuvo rodeada de un silencio”, ha narrado Faucon.

No es ésta la primera vez que Faucon aborda este conflicto. Ya lo hizo de una forma sucinta en La traición, del año 2005. En esta ocasión, Les harkis ha llegado con mucha polémica a la sociedad francesa, para la que el conflicto en Argelia supuso un auténtico trauma que aún “no ha cicatrizado”. De hecho, el público se ha dividido entre los que piensan que el cineasta ha preparado un largometraje que se posiciona a favor del FNL y los que piensan todo lo contrario, que es muy “condescendiente” con ello al mostrar como los militantes del FNL también fueron objeto de una violencia desmedida.

Todo responde, a su juicio, a la mirada tan “cerrada” que tiene la ciudadanía gala sobre lo que aconteció durante la guerra. “Han pasado 60 años y todavía sigue siendo algo muy doloroso. Francia no ha pasado página de lo que ocurrió en Argelia”, ha opinado el también director de Fátima (2015) y Amin (2018).