La documentalista chilena Carmen Castillo se encuentra en Donostia donde en la tarde de este viernes recibirá el premio honorífico del Festival de Cine y Derechos Humanos. Represaliada por la dictadura de Augusto Pinochet, Castillo tuvo que refugiarse en Francia después de que en un asalto a su hogar en la clandestinidad la policía militar de Chile asesinase a su pareja, Miguel Enríquez, máximo dirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionario. Se cumplen ahora 50 años del golpe de estado de Pinochet, un movimiento que buscaba revertir la situación de “igualdad” que había logrado el país gracias a las políticas de Salvador Allende y a sus 1.000 días en el Gobierno. En las últimas elecciones previas al golpe, en marzo de 1973, Allende obtuvo casi el 45% de los votos con la coalición socialista con la que concurrió electoralmente, algo que no gustó a la derecha, que medio siglo después sigue siendo reaccionaria. “Hoy en Chile nadie quiere hablar de Salvador Allende”, ha lamentado Castillo en una rueda de prensa que ha tenido lugar en el Victoria Eugenia, antes de insistir en que “la memoria es una batalla” y no hay duda de que Castillo es una luchadora que sigue con los puños en alto a los 78 años de edad.

La documentalista ha puesto en valor la figura del cirujano y médico y ha recordado que los chilenos deben a Allende la existencia de la Unidad Popular. Lo fundó en 1952, en una época en la que “la izquierda no existía” y el Partido Comunista estaba perseguido: “Nunca fue populista, fue un educador, un pedagogo, que fue pueblo a pueblo despertando la conciencia sobre aquel instrumento político que lo llevaría a la victoria electoral”.

“Todo lo que Allende se propuso era posible”, ha relatado la cineasta sobre el líder que, pese a su importancia, apenas cuenta con relatos biográficos sobre su vida y pensamiento. Frente a todo lo que era posible y al diálogo que defendía desde La Moneda, se produjo el golpe de estado lleno de “odio hacia la igualdad” que masacró el país y que “implantó el modelo neoliberal de mercado que conocemos”.

Pero, ha continuado Castillo, hablar de todo no interesa, en un país en el que los medios están en manos de la “extrema derecha” y, como consecuencia, continúa la lid política entre “el fascismo y el neofascimo” con “las fuerzas de una sociedad humana, de justicia y derecho”.

“No se habla de aquello porque aquello divide. ¿Cuándo llegará el día en el que contemos la historia reciente?”, se ha dolido la realizadora, insistiendo en la importancia de la figura de Allende de la que se debe “aprender”, no solo en Chile, sino en el mundo entero.