El Instituto de Arquitectura de Euskadi (IAE) puso en marcha hace un año el proyecto Pasajes, al que invitó a cuatro jóvenes estudios vascos a intervenir sobre el espacio ya construido del convento de Santa Teresa de Donostia, donde tiene su sede.

Bajo el epígrafe Pasajes IV: Transiciones divergentes, se inauguró ayer en el patio interior de Santa Teresa la última de las cuatro propuestas, la del estudio Zarautz Tarte Arkitektura, que ha planteado un banco lineal y sinuoso de 30 metros que adapta su forma al espacio y busca convertir lo que era un lugar de transición en uno de encuentro.

El director del IAE, José Ángel Medina, señaló que el objetivo del programa es “dar visibilidad” a los jóvenes equipos de arquitectos al ofrecerles la oportunidad de intervenir en los rincones del antiguo convento como si fuera “un lienzo en blanco”.

La tercera parte del programa, Pasajes III. Diafragma: Luz y maternidad, la protagonizó en marzo el estudio donostiarra Pauzarq. En octubre de 2021 se activó Pasajes II: ¿Quién anda ahí?, de Ocamica Tudanca Arquitectos, un equipo que se mueve a caballo entre Vitoria y Donostia. La iniciativa comenzó con Pasajes I: Between sweet and raw-Objetología de la aceleración, propuesta por el estudio bilbaíno AZAB (ahora BEAR Architects).