Ni Oteiza ni Zuloaga se han librado de que se haya puesto en duda la autoría de algunas de sus obras que aparecen firmadas por ellos.
Arte bajo sospecha
Un reportaje de Maite Redondo
Ni Oteiza ni Zuloaga se han librado de que se haya puesto en duda la autoría de algunas de sus obras que aparecen firmadas por ellos.
Frida Kahlo
N.G.
La artista mexicana pintó más muerta que viva. El mercado está saturado de falsificaciones de sus obras. Para evitar que se acrediten cuadros falsos a la autora, hay un grupo de nueve expertos en su obra que pueden juzgar su originalidad.
¿Es un Da Vinci?
N. G.
En 2017 se pagaron 450 millones de dólares por Salvator Mundi, una pintura atribuida a Da Vinci y descubierta de manera casual pocos años antes. Desde el principio, ha habido dudas sobre su autoría.
Un Juan Gris falso
N. G.
John Myatt está calificado como el artista más fraudulento de la historia. También falsificó Musician's Table, que fue certificada por Christie's en 25 mil libras. Fue detenido en 1993 denunciado por su cómplice.
No es un Caravaggio
N. G.
Hans van Meegeren falsificó en 1037 Los discípulos de Emaús de Caravaggio, que más tarde fue examinado por un experto que determinó su aparente autenticidad. Fue adquirida por la Rembrandt Society por cerca de cuatro millones de dólares. Engañó a varios museos, a un general nazi y a críticos especializados.
Dubuffet
N. G.
The Cow With the Subtile Nose, atribuido, en un principio, a Dubuffet, era en realidad una falsificación de J. Myatt. Se subastó en Christie's por 60.000 libras. Nada más salir de la subasta, Myatt reveló el secreto que se convertiría en escándalo: las había pintado él.
Cuadro falsificado de Rothko
N. G.
Este Rothko fue vendido por 750.000 euros por la galería Knoedler & Co., una institución respetada que llevaba en el negocio desde hace 165 años. La marchante Glafira Rosales, que suministró esta y otras falsificaciones a la galería, se declaró culpable de cargos de fraude. Los cuadros los pintó el artista chino Pei-Shen Qian.
'Nude' de Chagall
N. G.
Un empresario adquirió en 1994 este cuadro del pintor ruso Marc Chagall y resultó ser falso. Los pigmentos eran demasiado modernos. Las autoridades francesas le amenazaron con destruirlo.
Ni Oteiza ni Zuloaga se han librado de que se haya puesto en duda la autoría de algunas de sus obras que aparecen firmadas por ellos.