Un nuevo ilustre artista guipuzcoano vuelve a estar en la diana de la polémica. Si este miércoles fue la Fundación Oteiza la que denunció que las obras expuestas en el Museo Diocesano de Donostia no son del escultor oriotarra, este jueves ha sido el nieto de Ignacio Zuloaga el que ha hecho pública la denuncia de que el óleo El ciego de Arrate que se pudo ver en la parroquia de San Andrés de Eibar en 2020 no es atribuible al pintor.

Rafael Suárez Zuloaga, nieto del artista guipuzcoano y director del Espacio Cultural Z de Zumaia, una de las tres entidades que salvaguarda el legado del pintor, ha acusado este jueves, a través de un comunicado público, al presidente y director general de la Fundación Zuloaga, Ignacio Suárez Zuloaga, de haber presentado hace dos años en Eibar el óleo El ciego de Arrate sin que haya “pruebas suficientemente documentadas” de que la obra sea del artista eibarrés.

“La obra El ciego de Arrate de la Fundación Zuloaga no está autentificada ni se puede atribuir a Ignacio Zuloaga”, ha asegurado sobre el cuadro que fue presentado en noviembre de hace dos años en la parroquia de San Andrés. Según ha indicado en el texto, desde el Espacio Cultural Z se habría requerido en hasta dos ocasiones “pruebas suficientemente documentadas” que avalasen su autoría y, al no recibirlas, el centro habría decidido hacer pública la denuncia. “A fecha de hoy, les comunicamos que la Fundación Zuloaga tampoco ha aportado ninguna información que pruebe la autoría de Ignacio Zuloaga”, se lee en el comunicado público, en el que se explica que las dos solicitudes se realizaron vía Burofax los días 9 de junio y 22 de diciembre del pasado año.

Aunque desde el espacio cultural no han querido dar más información a este periódico más allá de lo incluido en el texto, tal y como se recoge en el comunicado, la denuncia arremete directamente con el máximo responsable de la Fundación, Ignacio Suárez Zuloaga, familiar de Rafael Suárez Zuloaga y también heredero de parte de la obra del pintor tras la muerte de su padre, Ramón Suárez Zuloaga, hace cuatro años. “Soy el último nieto de la última generación de Ignacio Zuloaga y considero que este suceso y otras prácticas que omito valorar en esta ocasión califican definitivamente la trayectoria seguida por el propietario y gestor de esa Fundación, desde la fecha de su constitución”, firma en el comunicado.

En la actualidad, el Espacio Cultural Z es una de las tres entidades que gestionan la obra del pintor eibarrés. Su presidente compartió legado junto a sus dos hermanos, el mencionado Ramón y María Rosa, que tras fallecer el pasado año cedió su parte legataria al Museo Ignacio Zuloaga del castillo de Pedraza (Segovia). “Me veo en la obligación de aplicar a este inaceptable asunto los principios éticos y morales familiares, practicados durante más de 150 años por mis abuelos, padres y hermanos”, ha concluido Rafael en el comunicación.

“Casualidad” tras lo de Oteiza

La coincidencia de la denuncia un día después de la vertida por la Fundación Oteiza con respecto a las dieciséis obras expuestas en el Museo Diocesano de Donostia son, según han indicado fuentes del centro cultural de Zumaia a este periódico, fruto de “una casualidad”, ya que tenían previsto emitir el comunicado durante la jornada de este jueves mucho antes de que saliera la noticia.

La Fundación Zuloaga presentó el óleo El ciego de Arrate, considerada la primera pintura del artista guipuzcoano, en noviembre de 2020 en la parroquia de San Andrés de Eibar, la localidad natal del artista. La pintura no se había visto en público desde el siglo XIX, concretamente desde el año 1887, cuando fue expuesta también en el municipio armero, donde la había creado un joven Zuloaga de 17 años que por aquel entonces no tenía ningún tipo de formación artística.

Una casa de apuestas de Chicago (EEUU) puso a la venta la obra en 2018, tras haber sido hallada por los descendientes de un cónsul de Chile en París junto a una serie de cartas firmadas por el pintor. La Fundación Zuloaga compró el cuadro y tras restaurarlo en Madrid, lo expuso durante unas semanas en Eibar, antes de volver a manos de la institución.