El edificio de las antiguas colonias infantiles ECAYA, más conocido como Ebro Etxea, de Zarautz ha pasado a ser bien cultural con protección de grado medio por, entre otros, su valor histórico, social, arquitectónico y ambiental. Por este motivo, la mayoría de las actuaciones urbanísticas en el inmueble quedan prohibidas, a excepción de unas pequeñas intervenciones detalladas en la resolución publicada hoy en el Boletín Oficial de Gipuzkoa.

En julio del pasado año, el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco inició el proceso o de cualquier actuación arquitectónica. Tras el trámite de información pública y audiencia de los interesados, el alcalde de Zarautz, Xabier Txurruka, y la Comisión de Patrimonio Cultural de la Delegación en Gipuzkoa del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro presentaron una alegación por la que solicitaban el archivo del expediente que, tras la resolución publicada ayer, queda desestimada.

De este modo, el edificio que albergó las colonias infantiles de los trabajadores de la azucarera Ebro pasa a ser declarado como bien cultural de protección media, con la categoría de monumento, al poseer diferentes valores culturales: histórico, social, de calidad arquitectónica, tipológico, de singularidad, estructural, de espacio-funcional y ambiental. Entre los aspectos que la resolución destaca está ser “uno de los escasos ejemplos conservados del modelo vasco de colonia infantil marítima”, conservar “todos los elementos del sistema estructural de hormigón armado que documentan el uso y la calidad de este material en el País Vasco” y ser “uno de los escasos ejemplos de edificaciones previas a la transformación del paisaje urbano producida en los años 50 por efecto de la presión turística”.

Con el objetivo de preservar estos valores, prácticamente cualquier intervención arquitectónica queda descartada y únicamente una serie de elementos pueden modificarse como los hueco tapiados en las fachadas, la antena radiofónica y las pérgolas exteriores.

La construcción de Ebro Etxea fue promovida en los años 40 por la empresa ECAYA y diseñada por el arquitecto donostiarra Lucas Alday con el fin de albergar las colonias escolares de los empleados de la azucarera Ebro. En los últimos años, varios vecinos habían iniciado un proceso de recogida de firmas para conseguir su protección.