- El estado de alarma derivado de la pandemia del covid-19 tuvo también un impacto directo sobre las instituciones culturales. En marzo de 2020 se cerraron los museos, los teatros de todo el mundo y la vida cultural se paralizó. Dos meses más tarde, la artista donostiarra Maider López recibió la llamada de Miguel Zugaza, director del Bellas Artes de Bilbao, para proponerle que creara una pieza que tuviera relación con el momento que se estaba viviendo, sin obviarlo pero sin hablar directamente de ello.

Maider López trabaja habitualmente con el espacio público, la arquitectura, y la participación del espectador, proponiendo paradojas y nuevas formas de relacionarse con lo cotidiano. Recuerda sus visitas al museo en ese contexto, “un espacio donde no había entrado nadie en dos meses. Tuve una sensación muy fuerte de presencia, me imaginé cómo se estaban relacionando las obras durante ese tiempo entre ellas y cómo el museo seguía funcionando más allá de nosotros”, explica la creadora donostiarra.

A partir de esas visitas al edificio antiguo y moderno, surgió en 2020 Arnasa, con la que el museo y la Fundación Banco Santander reactivaron el programa Obra Invitada. La instalación de Maider López graduaba la intensidad de la luz del Bellas Artes al ritmo de la respiración. Se trataba, además, de la primera vez que el museo encargaba una obra específica para su espacio.

La videoinstalación cuenta con tres canales, tres películas; en dos de ellas se muestran, en plano fijo, dos fachadas del museo, que de manera sincronizada se encienden y apagan a la vez. En la tercera película, se muestra, del detalle a lo general, un zócalo, una pared de ladrillo o un personaje de un cuadro que aparecen y desaparecen al ritmo constante de la respiración.

Arnasa estará expuesta en la Sala 33 del museo hasta el 26 de junio, pero forma parte de la colección compartida entre Artium, Museo de Bellas Artes de Bilbao y Tabakalera.