- La donostiarra Oihane Pardo trabajaba como arquitecta en Shanghai cuando, en 2016, empezó a escuchar que la situación económica “empezaba a mejorar” en el Estado y comenzó a “buscar una excusa para volver a casa”. El deseo de retornar coincidió con el de renovar la chaqueta kaiku, que pasó de su abuela a su madre y después a ella. Se encontró con la sorpresa de que prácticamente no se confeccionaban y, si se hacían, eran más una especie de “disfraz” que una prenda de uso diario. Así comenzó el proyecto de “coger prendas tradicionales vascas y poder conseguir que se volviesen a utilizar como prendas de vestir, que es lo que eran”, relata.

Esta idea le permitió volver a casa en 2016, a través de un programa para jóvenes emprendedores de Donostia Sustapena. El organismo les enseñó diferentes espacios de la ciudad, entre ellos Kutxa Kultur. Como acababa también de realizar un crowdfunding a través de la Diputación para producir sus kaikus, necesitaba espacio para ello, algo que la fundación tenía; les presentó su proyecto y hasta hoy. La diseñadora siente que “tanto el proyecto Kutxa Kultur como yo, hemos ido creciendo desde aquel momento”.

A lo largo de más de cuatro años, ha ido creando nuevas piezas, además de trabajar con diferentes empresas, para las que ha creado piezas o partes de sus uniformes, como por ejemplo para Gutarra, el hotel Villa Favorita o el coro Easo. Algunos de estos trabajos los mostrará en el desfile, titulado Lan in Progress, “un juego de palabras”, al mostrar prendas de trabajo, pero también por presentar algunas de ellas inacabadas, reflejando así el proceso de creación.

En un futuro cercano, quiere centrarse más en “la parte empresa” de su marca, pero también tiene pendientes proyectos creativos, como la nueva versión de manteles para el mercado de Ordizia o una colección cápsula con la Fundación Elcano inspirada en el mundo marino de la época del de Getaria.