ue la cultura del pintxo forma parte de la identidad de nuestro pueblo es un hecho. La gastronomía es uno de los grandes atractivos de este territorio, motivo que le ha valido para situarse en el mapa como uno de los lugares del mundo donde mejor se come. No en vano, la editorial Lonely Planet elegía en 2018 ir de pintxos por Donostia como "la mejor experiencia turístico-gastronómica del mundo".

Sin embargo, el sector hostelero se enfrenta hoy en día a importantes desafíos como la obligatoriedad de cubrir las barras de pintxos, un reto ya que esta medida afecta a la compra por impulso que le caracteriza, exigiendo la revisión del modelo de negocio de muchos establecimientos.

Y en este contexto nace, precisamente, el I Campeonato de pintxos, banderillas y cocina en miniatura de Gipuzkoa. Se trata de un concurso organizado por Hostelería Gipuzkoa y que cuenta con el apoyo de Gobierno Vasco y Diputación Foral de Gipuzkoa.

Ambas entidades, que estuvieron presentes en la presentación que tuvo lugar la semana pasada en Donostia, no dudaron en felicitar a la asociación de hosteleros por la iniciativa. "Uno de los aspectos más destacables de este certamen es su perspectiva de territorio, porque pone en valor el trabajo que se hace en el sector hostelero de todo Gipuzkoa", dijo Iker Goiria, director general de Turismo de la Diputación Foral de Gipuzkoa.

Bittor Oroz, viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno Vasco, por su parte, recordó que "el pintxo es el reflejo de nuestra cultura y este certamen apuesta por el producto de cercanía y de temporada, lo cual le otorga más autenticidad". Una autenticidad que, además, cobra mayor valor en un mundo cada vez más globalizado.

El concurso toma el testigo del que venía organizando la asociación de Barmans de Gipuzkoa hasta el año 2018, y que por este motivo participa en la organización del mismo. Además, cuenta también con el apoyo del Instituto del Pintxo de Donostia que será quien designe a los miembros del jurado.

Haika Aizpurua, miembro de la junta directiva de Hostelería Gipuzkoa subrayó que mediante este certamen pretenden buscar "pintxos reales, no aquellos que se hacen exclusivamente para un concurso". Así, se han establecido dos categorías: pintxo o banderilla, cuyo precio máximo de venta será de treds euros, y cocina en miniatura, con un precio máximo de venta de cinco euros.

La presentación de candidaturas, abierta a todos los establecimientos de Gipuzkoa que cuenten con una oferta continuada de pintxos durante todo el año, se deberá realizar antes del próximo 20 de septiembre a través de la web del concurso. Para ello, los posibles participantes deberán rellenar la ficha de inscripción, aportando fotografía y receta del pintxo candidato.

A partir de ahí, un jurado compuesto por una pareja formada por miembros del Instituto del Pintxo y otra por profesionales del sector hostelero de la comarca en cuestión, realizará la preselección de finalistas. Dicho jurado acudirá a los establecimientos en formato mystery shopper, es decir,de incógnito. La fase de preselección se prolongará hasta el 30 de octubre.

Las semifinales, en las que habrá presencia de todas las comarcas guipuzcoanas, se celebrarán el 16 y 17 de noviembre en la sede de Hostelería Gipuzkoa (Almortza kalea, 2, Donostia). Allí serán elegidos los diez establecimientos por cada una de las dos categorías que pasarán a la final y que tendrá lugar el 15 de diciembre en el hotel María Cristina. Los ganadores de cada una de las categorías recibirán sendos premios valorados en 1.200 euros que consistirán en experiencias enogastronómicas.

decálogo del pintxo

La primera edición del Campeonato de pintxos, banderillas y cocina en miniatura de Gipuzkoa tiene como objetivo promover una "cultura del pintxo" basada en el siguiente decálogo elaborado por el Instituto del Pintxo:

El pintxo. El pintxo es alta cocina en miniatura.

Elaboración. Debe estar elaborado de forma artesanal en la cocina del establecimiento y con personal cualificado, siguiendo el saber tradicional.

Creatividad. Debe destacar por su creatividad y vanguardia.

Identidad propia. Pondrá en valor la personalidad e identidad del establecimiento.

Al momento. Los pintxos, tanto calientes como fríos, deben estar elaborados al momento.

Producto. Apostará por el producto fresco, de proximidad y temporada.

Profesionalidad. El servicio del establecimiento de pintxos debe garantizar la limpieza, orden, seguridad alimentaria, atención amable y respetuosa, y un servicio ágil y profesional.

Calidad-precio. Tendrá una adecuada relación calidad-precio.

Ruta del pintxo. Impulsará la ruta del pintxo y el consumo en barra. El cobro, mejor al finalizar el servicio.

Preservación. El pintxo forma parte de nuestra identidad y constituye un pequeño tesoro que preserva una tradición de décadas.