- Las costas y mares de Gipuzkoa siguen escondiendo tesoros que poco a poco van viendo la luz. Buena prueba de ello es el hallazgo que la Ertzaintza realizó el lunes en la bahía de Txingudi: un cañón de 80 centímetros de longitud de un barco de época. Tras señalizarla, la pieza fue trasladada a tierra para que, desde ayer, expertos en patrimonio marítimo de la Diputación y de la Capitanía de Donostia se encarguen de analizarla y valorarla para determinar su época concreta.

Tal y como informó ayer la Er-zaintza a través de una nota, buceadores de la sección acuática de la Policía vasca dieron con el cañón en el transcurso de un ejercicio contra el expolio de patrimonio marino. La Unidad de Vigilancia y Rescate tenía sospechas de que en la bahía de Txingudi, entre los términos municipales de Hondarribia, Irun y Hendaia, podría haber restos de algún naufragio. Y así fue.

La Ertzaintza localiza un cañón en aguas del Txingudi

La Ertzaintza localiza un cañón en aguas del Txingudi

Los buceadores dieron con una figura metálica a 16 metros de profundidad que, dada su morfología, podía ser compatible con el cañón de un barco de época sumergido en la zona. Una inspección ocular en profundidad, todavía bajo el mar, confirmó el hallazgo, por lo que los agentes procedieron a señalizar el objeto y a medirlo. En total, el arma tiene una longitud de 80 centímetros.

El cañón fue finalmente trasladado a tierra, donde, desde ayer, expertos en patrimonio marítimo de la Diputación y la Capitanía de Donostia analizan y valoran el estado y la fecha exacta del objeto.

Desde el Departamento de Cultura del ente foral no quisieron hacer ninguna valoración sobre el objeto hasta que los profesionales informen con más detalle del hallazgo, algo que presumiblemente se espera para el día de hoy.

Evitar el expolio

Es habitual que la unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza lleve a cabo operaciones de este tipo con el objetivo de evitar que los tesoros marinos acaben en manos de personas que traten de hacer negocio con ellos.

No obstante, los agentes no siempre están detrás de estos hallazgos, como ocurrió hace tres años cuando un submarinista descubrió un lingote de plata de los siglos XVI o XVII en Getaria.

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La gran mayoría de estos objetos se encuentran ocultos en yacimientos submarinos fruto del paso del tiempo. Gracias a las tormentas en los fondos de arena, estos tesoros van poco a poco desenterrándose y quedando a la vista de los buceadores.