l Hambre, La Guerra, La Peste y La Muerte se pasearán a principios de mayo por el escenario del auditorio Kursaal y sobre sus monturas cabalgarán al son de Wolfgang Amadeus Mozart. Opus Lírica ultima la producción del Réquiem Réquiemdel compositor austríaco, aquella que dejó inconclusa antes de morir, y que, en esta ocasión, no será una simple misa, sino que tendrá forma de ópera.

La idea original de Opus Lírica, asociación dirigida por la soprano Ainhoa Garmendia y que busca el fomento de un programa estable de música en Donostia, era que su versión del Réquiem tomase el Kursaal a finales del mes de febrero. No obstante, las restricciones contra el covid-19 provocaron que esta misa de difuntos se trasladase al 1 y 2 de mayo.

El Réquiem es una "misa de difuntos", algo que de una manera u otra interpela a nuestra actualidad. "Causará mucha emoción", asegura Garmendia, tanto en el patio de butacas como entre los intérpretes. La elección no es fortuita. Se hizo pensando en que el espectáculo fuese, en cierta manera, un homenaje a los afectados por la pandemia. "En este tipo de situaciones, tan pesadas, buscamos este tipo de música para aliviar el alma", expone. Asimismo, Garmendia pone en valor la programación cultural como evasión, al tiempo que reivindica una máxima demostrada en múltiples ocasiones: la cultura es segura.

El objetivo último de esta misa es que aquel por el que se reza sea redimido de sus pecados. En la propuesta operística que prepara Opus Lírica es la humanidad la que va a ser juzgada por los pecados que representan los Cuatro Jinetes del Apocalipsis y que acuden a la homilía para impedir ese perdón.

En este sentido, la asociación ha puesto en marcha un sistema por el cual será el propio público el que decida el final de la representación. ¿Qué te hace reconciliarte con la humanidad?, ¿Qué le aporta seguridad a tu vida? o ¿Qué te provoca temor, odio y miedo? son algunas de las preguntas con las que Opus Lírica quiere invitar a la reflexión. Sus respuestas servirán para dar forma a la escenografía y también para elegir el final de la obra.

La última obra de Mozart

La escritura de esta postrera obra por parte de Mozart ha estado siempre rodeada por el misterio. Fue encargada por un desconocido en un momento en el que el compositor se encontraba muy débil y muy compungido ante el fallecimiento de su padre. "La leyenda sitúa la composición del Réquiem quizá como un acto de homenaje a su propia muerte", aseguran desde Opus Lírica. Si bien Mozart no pudo terminarla, sí lo hizo su alumno Süssmayr, siendo fiel a lo compuesto por su maestro. "Tiene momentos impactantes como el Lacrimosa; hay momentos en los que te pone los pelos de punta", explica Garmendia, que recuerda que ella misma ha cantado esta misa en muchas ocasiones.

No obstante, la versión representada del Kursaal diferirá en otro punto de la versión puramente cantada. Los intérpretes, tanto los solistas como el coro, no contarán con la partitura y lo deberán hacer todo de memoria. A juicio de Garmendia, este hecho también supone un plus: "Estaremos inmersos en esta música que cuenta con momentos muy potentes. Hay momentos de mucha luz y también momentos de mucha sombra. Creo que a nosotros mismos nos va a impactar mucho estar en el escenario y cantarla de memoria, todo va a ser mucho más profundo".

Entre las novedades que ofrecerá Opus Lírica en esta producción, destaca la participación de un grupo de baile krump -se trata de un movimiento de danza urbana que se sustenta, en gran medida, por el estilo libre-: "Va a ser muy rompedor y muy impactante".