etrás de la bicicleta del futuro puede estar un estudio de arquitectura de Donostia. Un vehículo "ecológico, no contaminante y hecho con recursos locales" que cualquier persona en cualquier punto del mundo puede fabricar gracias al diseño creado por Raquel Ares e Iñaki Albistur, las mentes pensantes detrás de Arquimaña. Si el coronavirus lo permite, ambos mostrarán este proyecto, que han llamado Openbike, en los próximos meses en dos Bienales: la de Venecia (en mayo) y la de Seúl (en septiembre).

Raquel e Iñaki han partido de la corriente urbanística FabCities, que trata de crear ciudades autosuficientes que permitan avanzar hacia un modelo mundial sostenible, para diseñar Openbike. "Se trataba de generar un diseño que puedan hacer los ciudadanos sin salir de la ciudad. Escogimos la bicicleta porque es un medio universal que no entiende ni de países, ni de culturas, ni de géneros, ni de edades", explican.

De este modo, cualquier persona puede descargarse los datos del proyecto y "valerse de los productos locales" para construir su propia bicicleta gracias a las posibilidades que ofrecen la impresión 3D y el control numérico. Lo más común, como es el vehículo que presentarán en Venecia y Seúl, es que se realice con materiales industrializados como tableros de madera, aunque, avisan, cada uno es libre de construirlo a su modo, incluso con papel.

"La idea es que cada usuario pueda modificarlo a su gusto, que lo personalice. Si quiere el sillón más alto, si va a utilizar otro material... incluso se puede adaptar al tipo de ciudad en la que se viva", explica Iñaki, al tiempo que Raquel añade que "la bicicleta es la excusa para hablar de la necesidad de construir un transporte urbano que mejore la calidad y sostenibilidad de las ciudades".

Gracias a Openbike "ya no será necesario transportar materiales, solo datos", aunque para poder materializarlos en un vehículo físico es necesario contar con una impresora 3D. Tal y como explican estos dos jóvenes arquitectos, hace diez años, cuando Arquimaña comenzó su andadura, "hubo un boom" por este tipo de tecnología. "Al comienzo estaba solo en la industria puntera, pero las licencias se abrieron y se pensó que todo el mundo iba a tener una en sus casas. Con el tiempo se ha visto que no y hoy en día se utiliza en la industria, pero también por profesionales", cuenta Raquel, quien apunta que "no vale con solo tener la máquina. La gente tiene que saber diseñar".

Y, precisamente, esa es la labor de este proyecto, que trata también de convertirse en una plataforma online y en el que cada usuario pueda compartir información sobre su modelo.

"No somos un estudio al uso"

Openbike trata, por lo tanto, de adelantarse al medio de transporte del mañana pero, ¿cómo ha llegado un estudio de arquitectura donostiarra a estar detrás de la bicicleta del futuro? "La gente, cuando piensa en un estudio de arquitectura, se imagina otra cosa. No somos un estudio al uso. Cuando empezamos, nos especializamos en otras cosas que aquí no eran tan habituales como la impresión en 3D, algo que en otros países sí se estaba llevando a cabo", responde Iñaki.

En su local, situado en el barrio donostiarra de Gros, se pueden apreciar algunas maquetas de estos proyectos que han diseñado en esta última década, todo ellos con materiales ecológicos. Son el caso de los módulos para creadores situados en Tabakalera o unas sillas realizadas con papel reciclado.

"Estamos muy orgullosos de las selecciones en Venecia y Seúl porque es por un proyecto personal, no por un encargo. Más que por cómo puede beneficiarnos laboralmente, es un reconocimiento a tu trabajo", cuentan sobre una iniciativa que iniciaron en 2015, pasó por el laboratorio de cultura digital y tecnología de Tabakalera, cuando era conocido como Hirikilabs, y que cuenta con el respaldo del Gobierno Vasco y del Ayuntamiento de Donostia. "Que para la Bienal de Venecia hayan cogido a dos estudios que no son al uso nos da mucho empuje. Nuestras prácticas no son las tradicionales y siempre hemos tenido el miedo de estar al margen", apunta Raquel, mencionando al bilbaino estudio Pezestudio, que también estará en la ciudad italiana.

La edición veneciana se debería haber celebrado el pasado año, pero el coronavirus lo impidió. Finalmente se llevará a cabo entre mayo y noviembre de este año y los dos arquitectos donostiarras confían en poder viajar para la inauguración. Donde sí que parece más probable su presencia es en la Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Seúl, ya que no solo se expondrá la bicicleta, también se fabricará. "Tenemos que estar allí, que, en principio, está todo más controlado. Aunque nos piden dos semanas de cuarentena y no dejan hacerla en un hotel", relatan.

Con estas dos Bienales, Openbike se dará a conocer en el extranjero, pero la mirada sigue puesta en Gipuzkoa. El Departamento de Movilidad del Ayuntamiento donostiarra ha mostrado su interés porque el proyecto coja fuerza en la capital guipuzcoana, por lo que, quizás, no sea descabellado imaginar una Donostia del mañana repleta de bicicletas de madera.

"La gente, cuando piensa en un estudio de arquitectura, se imagina otra cosa. No somos al uso"

Estudio de arquitectura Arquimaña

"Estamos muy orgullosos de las selecciones porque son un reconocimiento a tu trabajo y a un proyecto propio"

Estudio de arquitectura Arquimaña