- La 35ª edición de los Premios Goya parte con dos certezas: el Goya de Honor será para Ángela Molina y el Goya a mejor película de animación está asignado a la única candidata presentada, La Gallina Turuleca. El resto es incertidumbre. Por conocer quiénes se alzarán con los premios, pero, sobre todo, por ver cómo discurrirá una gala en la que las y los nominados asistirán a la ceremonia de manera telemática: desde sus casas o desde donde hayan decidido seguir la ceremonia, siempre ante la pantalla de un ordenador y con tres acompañantes como máximo.

Este es, sin duda, el mayor reto en la historia de estos premios, dependientes de las conexiones telemáticas y de la aplicación estricta del protocolo sanitario anticovid a todos los participantes presenciales que acompañarán a los presentadores, María Casado y Antonio Banderas, sobre el escenario del Teatro Soho de Málaga.

Las niñas, ópera prima de Pilar Palomero, parte como gran favorita con nueve nominaciones, las mismas que tiene Akelarre, de Pablo Agüero y coproducida por la guipuzcoana Kowalski Films. Rodada en euskera y castellano, optan a un cabezón, entre otros, el irundarra Javier Agirre Erauso (mejor fotografía) y Maite Arroitajauregi Mursego (mejor música original). Adú, de Salvador Calvo, con 13 menciones, es la gran rival de la cinta de la realizadora de Zaragoza.

El filme de Pilar Palomero, una ópera prima que rememora a través de ojos infantiles la España beata y severa de 1992, es la gran favorita a juzgar por la pretemporada, ya que ha ganado tanto el premio Forqué que conceden los productores como el Feroz.

Pero no hay que perder de vista a Icíar Bollaín, con La boda de Rosa, una historia de liberación femenina protagonizada por Candela Peña. Ni a las otras dos aspirantes: Ane, del bilbaino David Pérez Sañudo, y la comedia Sentimental, de Cesc Gay.

Este año es la primera vez que se alcanza la paridad en nominaciones tanto en dirección (con Bollaín e Isabel Coixet como candidatas), como en dirección novel (Palomero y Nuria Giménez con My mexican bretzel).

Y se ha notado también un aumento de la presencia femenina en otras categorías técnicas en las que suelen estar subrepresentadas como banda sonora, fotografía, sonido o efectos especiales, un crecimiento que llega tras la adopción de medidas para favorecerlo por parte del Gobierno a la hora de conceder subvenciones.

En las categorías de interpretación masculina protagonista los favoritos son Mario Casas, con su primera nominación por No matarás, y Javier Cámara, en su octava nominación, esta vez por Sentimental. También aspira al premios David Verdaguer, por su papel en Uno para todos, del pamplonés David Ilundain.

En cuanto a las actrices, la principal disputa está entre Candela Peña (La boda de Rosa) y Patricia López Arnaiz (Ane), que ha ganado tanto el Forqué como el Feroz. Y entre las caras nuevas, llamará especialmente la atención Milena Smit, nominada a mejor actriz revelación por No matarás, que se enfrentará a la donostiarra Jone Laspiur.

Este año destacan, además, dos categorías por encima de lo habitual. Una es la de mejor película iberoamericana, con nada menos que tres películas preseleccionadas a los Oscar: La llorona, del guatemalteco Jayro Bustamante; “Ya no estoy aquí, del mexicano Fernando Frías, y El agente topo, de la chilena Maite Alberdi. La cuarta candidata es colombiana, aunque dirigida y protagonizada por los españoles Fernando Trueba y Javier Cámara respectivamente. Se trata de El olvido que seremos, adaptación de la novela de Héctor Abad Faciolince.

La otra categoría que brilla con intensidad este año es la del documental con cuatro películas que están entre lo mejor del año: My mexican bretzel, de Nuria Giménez; El año del descubrimiento, de Luis López Carrasco; Anatomía de un dandy, de Charlie Arnaiz y Alberto Ortega, y Cartas mojadas, de Paula Palacios.

La producción vasca ‘Akelarre’, de Pablo Agüero, compite en nueve categorías, incluyendo mejor actriz, fotografía y música original