a galería Aztertu, ubicada en el donostiarra barrio de Benta Berri (Resurrección María de Azkue, 12), cumple diez años de servicios culturales: centro de creación, exposición y distribución, al servicio de una comunidad excéntrica de la ciudad, y que también requiere sus servicios adecuados. Y esta labor de centro de educación de las artes plásticas es la que es de verdad importante, y está dirigida con pasión y dedicación por Iker Antia (Urretxu, 1972).

Una pequeña pero interesante y maciza exposición de escultura de pequeño formato de autores conocidos en el mercado, y otros no tanto, celebra esta efeméride con obras de carácter geométrico (José Zugasti, Xabier Azurmendi y José Ramón Elorza); cubista (Alfredo Bikondoa), objetualista (Iñaki Olazabal, Amaia Lekerikabeaskoa & Isuzko Vivas y Clara Elizondo); ecologista (Iker Valle e Iñigo Manterola); minimalista (José Ramón Anda y Aitor Etxeberria); y metafísica (Asier Laspiur). Obras realizadas con diversos materiales y sintaxis, pero todas ellas construidas con rigor y orden en sus proporciones, texturas y significados. Buen conjunto y panorama interesante de la actual escultura en el País Vasco.

También por la galería han expuesto a lo largo de estos años artistas tan interesantes como Fernando Biderbost, Bárbara Stammel, Martina Dasnoy, Ricardo Iriarte, Carlos Inda, Xabier Azurmendi, Iker Antia, Aitor Sarasketa, Gorka Larrañaga, Verónica Domingo, Miguel Pedraza, Jone Laspiur, Iker Valle, Igor Bosko, Iñigo Sesma y Mari José Carrere, unos con trayectorias más extensas, y otros al comienzo de sus caminos, pero todos ellos con ganas de aportar lo mejor de si mismos y de sus enseñanzas.

Pero la labor fundamental de esta galería donostiarra es la enseñanza a los niños, que acuden a lo largo de la semana a dibujar, manchar y crear espacios para la realidad y la fantasía. Resulta emocionante ver ocupar mesas y caballetes a una docena de niños que se expresan en euskera y dibujan en sus hojas y bloques con animación y alegría. Como lo es la fusión, e intersección que se crea entre los diversos artistas de diversas generaciones que habitan y exponen en este pequeño espacio: consagrados profesores en bellas artes, aficionados, niños, así como los diversos talleres que se ofrecen de dibujo, publicidad, acuarela, óleo, fotografía y escultura a lo largo de todos estos años.

Años duros fueron al comienzo, pero parece que van dando su fruto y creando toda una red de buenas relaciones personales y de intercomunicación de conocimientos que elevan un poco a otro nivel nuestras preocupaciones cotidianas.