El Museo del Prado presentó ayer la restauración de La condesa de Chinchón, de Goya, quintaesencia del retrato cortesano pintado sobre una imagen de Godoy y que pone de manifiesto “la faceta poliédrica del pintor” y permite apreciar con detalle sus pinceladas en un uso magistral de “las tonalidades blancas y grises”. El cuadro ha sido restaurado por Elisa Mora que pone el broche a su carrera como restauradora tras 38 años en el Prado.