úsico, director y también compositor de numerosas obras, muchas de ellas de ambiente vasco, entre las que destacan partituras de sabor popular, llevan la firma de Miguel González Bastida (1920-2013). Este bergarés, que dedicó su extensa producción musical al municipio que le vio nacer, será homenajeado mañana en el centro Koldo Mitxelena ikastetxea de Errenteria. El Archivo Vasco de la Música, Eresbil, a través del ciclo Musikaste, recordará la figura del creador de piezas como las estampas de San Marcial y San Martín, haciendo un guiño, de este modo, al centenario de su llegada al mundo.

La banda de txistularis y la municipal de música de Errenteria estarán al frente del concierto que levantará el telón a las 12.00 horas. La primera tocará las obras Tríptico, Marchas heráldicas y Umore Ona del autor bergarés, mientras que la segunda hará sonar el pasodoble Campo de Rosas, además de Lorea y Ezpata dantza.

Dos recitales en uno que en un principio estaban programados por separado, junto a una tercera audición, pero que la pandemia obligó a cancelar el pasado mayo. Con un cambio de fechas forzado, mañana se recordará al músico bergarés, a las pocas semanas de haberse cumplido cien años de su nacimiento, el 26 de septiembre.

"Es muy bonito que se acuerden de mi padre, de un compositor bergarés", aprecia Alfredo González Chirlaque, que se muestra encantado con el detalle de reconocer la trayectoria de su aita, de quien heredó su pasión por la música y a quien relevó en la dirección de la banda de Bergara, cuya batuta llevó hasta 2019. Le invitaron a dirigir a la formación errenteriarra en el concierto dedicado a su progenitor, pero en un contexto marcado por las restricciones para frenar el coronavirus, ha preferido acudir como público. Disfrutará junto a otros miembros de su familia del homenaje que se le rendirá a Miguel. El aforo se ha limitado a 150 espectadores.

Queda pendiente, sin embargo, un tercer concierto con fragmentos del Stabat mater que el músico mahonero estrenó en 1976 en la parroquia de San Pedro con grandes elogios por parte de la crítica, y que está previsto que interpreten la Orquesta Sinfónica de Euskadi y la coral Andra Mari.

Perteneciente a una dilatada familia de músicos, Miguel González Bastida ingresó en 1953 por oposición en el cuerpo de directores de bandas de primera categoría; una plaza que le abría las puertas a las mejores formaciones del Estado. Pero su empeño y apuesta fue quedarse en casa. "Tuvo oportunidades de salir fuera y se decantó por Bergara. Siempre fue muy bergarés y queda bien demostrado en sus composiciones", recalca su hijo Alfredo.

Miguel siguió los pasos de su padre Ignacio González Escala en la dirección de la banda de Bergara y cedió el testigo a su hijo, completando la saga de los González que ha capitaneado la agrupación de 1909 a 2019. Compaginó esta función con la de organista de la parroquia de Santa Marina durante cerca de 70 años, y la dirección del Orfeón bergarés a lo largo de 17 años. Fue, sin duda, un compositor polifacético tanto de música sacra como profana, que ha dejado en su legado escrituras musicales para banda, orquesta, coro, txistu y órgano.

En Musikaste, González Bastida comparte protagonismo con el fundador del ciclo y Eresbil, José Luis Ansorena, así como con el bardo de Urretxu, José María Iparragirre, y el compositor Bello-Portu de los que se cumplen 200 y cien años de sus nacimientos, respectivamente.

Un "merecido" recuerdo a González Bastida por sus aportaciones a la música vasca. En su querida Bergara su centenario tampoco quiere pasarse por alto y la idea es "hacer algo a nivel de pueblo, porque Miguel ha sido un personaje importante para la cultura musical bergaresa en general". La conmemoración del aniversario, no obstante, se pospone a 2021, a la espera de que se cumplan las condiciones para reunir a diferentes grupos sobre el escenario, algo que la situación actual no permite.