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Bajo eléctrico

"El flamenco se puede equiparar al blues, ambos vienen del sufrimiento"

"El flamenco se puede equiparar al blues, ambos vienen del sufrimiento"

- ¿Cómo ha vivido el confinamiento?

-En casa. Tengo suerte de tener terraza. Vivo fuera de Barcelona, con aire puro. Dentro de todo he tenido suerte. Además, tengo un estudio en casa, así que he podido aprovechar para trabajar, componer y hacer cosas que tenía pendientes.

Artísticamente, entonces, le ha venido bien.

-Me ha venido bien para según qué cosas. Para el ánimo, no. Las noticias de la tele te dejan chafado.

Volvió ayer al ruedo con su primer concierto en 'la Trini'. ¿Tenía ganas?

-Por supuesto. Me han programado también hoy, así que doble ración. Voy a disfrutar de lo lindo.

Ayer actuó con Jorge Pardo y con Tino di Geraldo; hoy lo hará con Roger Mas y Aleix Tobías. ¿Son propuestas muy diferentes?

-No lo creo. El trío con Jorge y Tino lo tenemos desde hace muchos años y hemos ido trabajando de una manera intermitente. El año pasado sacamos un nuevo disco, Flamenco Leaks, y todo lo que son las actuaciones quedaron truncadas por la pandemia. Con respecto al concierto de hoy es el de mi trío particular, el de Carles Benavent Trío, otras veces es cuarteto o quinteto porque suele haber artistas invitados.

Hoy también Jorge Pardo recibirá el premio Donostiako Jazzaldia.

-Me alegro mucho. Lo tiene merecido.

Jorge Pardo y usted colaboraron con Paco de Lucía.

-A Jorge ya lo conocía de antes, pero sí colaboramos con Paco de Lucía en los 80. Cuando el bajista de Paco se fue a la mili, Jorge y Rubén Dantas me recomendaron para que fuese parte del grupo; estuve más de 20 años en el grupo.

¿Era difícil seguirle el ritmo a Paco de Lucía?

-Era fácil porque era como una familia, pero difícil porque tenías que estudiar y tener la inquietud de lograr tener el bajo a la par que Paco; no a acompañarle, si no a tocar con él: doblarle frases, hacer armonías con él... sacarle el jugo, vaya.

¿Qué le impresionó de Paco de Lucía?

-Cuando le conocí personalmente, cuando toqué con él, me di cuenta de lo que era Paco de Lucía. Lo que más me impresionó fue el control de las emociones de Paco, podía pasar de un picado como una ametralladora a un trino súper dulce y delicado, sin perder el tempo, el pulso del tema. Cuando aprietas de volumen y de intensidad acostumbras a correr y, al revés, cuando bajas de intensidad y de fuerza, lo normal es que el cuerpo te pida menos tempo. En cambio, Paco era como un reloj, como una máquina, como un metrónomo. Teniendo ese ejemplo así, no pude hacer otra cosa que aprender. Teniendo un maestro así al lado, o aprendes o es mejor que lo dejes y te dediques a otra cosa (ríe).

A Tino di Geraldo lo conoció cuando tocaron con Camarón.

-Fue grabando el disco de Soy Gitano, ahí conocí a Tino. La experiencia con Camarón también fue fantástica. Yo estaba con las antenas puestas para dejarme impregnar de lo que había por allí, de cómo sonaban las cosas...

Con Pardo y con Di Geraldo ya actuó usted en el Jazzaldia en 2002, un concierto al que además se sumó Chick Corea.

-Sí. Coincidimos con Chick Corea en el Jazzaldia. Nosotros íbamos en trío y le invitamos a tocar con nosotros, creo que fue alguna canción de Paco de Lucía y otra del propio Chick. En otra ocasión vinimos como parte del grupo de Chick Corea, tanto Jorge como yo y también Dantas y Tom Brechtlein.

El año pasado sacaron ese 'Flamenco Leaks', después de haber transcurrido 20 años desde su primer disco, 'El directo de Sevilla'.

-Tenemos tres discos y hemos tardado mucho siempre entre uno y otro. Después de diez años de El directo de Sevilla sacamos Sin precedentes; ahora, otros diez años después, hemos sacado Flamenco Leaks. Cada década sacamos un disco (ríe). Flamenco Leaks ha sido algo muy distinto a los anteriores. El primer disco fue un disco en directo, el segundo fue en estudio aunque cada uno llegó a hacer cosas en su casa. En este tercero nos hemos metido los tres en un estudio y hemos grabado los tres a la vez en directo. Además, con un aliciente: el de no llevar nada preparado y grabar lo que saliera en el estudio. Hemos grabado horas y horas de música y luego hemos cogido lo que nos gustaba. Por lo tanto, han sido unos temas absolutamente improvisados. Tras la grabación estuvo bastante tiempo guardado hasta que al tiempo hicimos una criba. Después añadimos dos temas más, el Soy gitano como homenaje a Camarón y luego La leyenda que es una mezcla de un tema de Chick, otro de Paco y de Camarón.

La improvisación es la clave del jazz.

-Es fundamental. Es una manera un poco más arriesgado, pero da pie a que haya sorpresas y a que nos sorprendamos a nosotros mismos. Con los años, cuando has hecho muchas cosas, a veces cuesta sorprenderse a uno mismo. Crear una cosa nueva y fresca es absolutamente gratificante.

Con una carrera tan extensa como la suya, precisamente, le costará sorprenderse a sí mismo.

-Claro. A la hora de componer a veces cuesta, imaginar algo que nunca antes se te había ocurrido. Esto es, a la vez, lo que lo hace interesante, que te den ganas de investigarlo. Porque probando y probando, de vez en cuando te sale algún pequeño premio.

¿Qué es lo que le inspira el flamenco?

-Aprendí flamenco sumergiéndome en el ambiente: tocar y vivir. Es una manera de entender todo. Yo aprendí a tocar, como quien dice, de oído. Cuando empecé a tocar el bajo no había Cátedra de bajo en el conservatorio, no existía ese instrumento. O estudiabas guitarra o contrabajo. El bajo eléctrico lo tuve que aprender a mi manera, yo solo, copiando a los guitarristas, cosa que me vino muy bien después para tocar con Paco de Lucía. De jovencito siempre copie a los guitarristas, nunca a los bajistas. Tocaba el bajo con púa, cosa que sigo haciendo, lo que hace que los destacatos sean muy potentes; algo que va perfecto para el flamenco. Las circunstancias me llevaron a que en el momento en el que la vida me llevó al lado de Paco, estuviese preparado para pillar el tren que estaba en marcha.

¿El flamenco es, hoy en día, un género a reivindicar?

-Es un arte de muchos años que lo podrías equiparar al blues, viene del sufrimiento. Tiene similitudes con el jazz y con el blues. Puedes comparar situaciones sociológicas y de sufrimiento: esclavos, mineros... Esto significa que es muy emotivo, que es una de las cosas que más me sedujeron del flamenco: que la emoción es exagerada. Los matices son muy fuertes, es muy expresivo.

En ese valor emotivo y emocional del flamenco, el directo tendrá mucha importancia.

-En directo es cuando aprendes. Los flamencos no utilizan papeles y yo el bajo lo aprendí sin partituras, lo que me acercó mucho al sistema flamenco. Hay que aprenderlo todo con la oreja y viendo cómo lo hace el de al lado.

Usted tuvo la oportunidad de tocar con Miles Davis.

-Fue mucho más fugaz porque toqué dos temas con él, nada más. Fue en el festival de Montreux con Quincy Jones dirigiendo a una big band. La situación era como un sueño, a veces sigo pensando 'que lo he soñado, pero hay un vídeo grabado y ahí se ve que es verdad (ríe).

Insiste en lo importante que es estar atento y aprender de otros.

-Lo que digo siempre a los chavales cuando doy una masterclass: intetad ser los más malos del grupo, para que tiren de vosotros para arriba, así aprenderás. Por eso mola ser el peor del grupo, para que te suban para arriba.

"Si tienes a un maestro como Paco de Lucía al lado

y no aprendes,

es mejor que lo dejes

y te dediques a otra cosa"

"Con los años, cuando has hecho muchas cosas, a veces cuesta sorprenderse a uno mismo; crear algo fresco es absolutamente gratificante"