emos ganado, hemos ganado? Ayer entré en la alineación del equipo, así, a primeras, de titular. Es la primera vez que me pasa, porque estoy harto de chupar banquillo. “Tú, sales, ya”, me dijo el entrenador. Y yo, “¿ya, pero ya estamos a falta un minuto para que acabe el partido para resolver ese empate en el último segundo en el que todo el estadio se venga abajo de la emoción?”. Vale, jamás me llamarían para resolver ningún empate porque soy un manta en fútbol. Y en basket. Y en todos los deportes en general. Pero veo muchas pelis. Y resulta que esta vez el partido era fácil hasta para mí: salir al balcón con el hamaiketako para ponerse a berrear: “Bat, bi, hiru, lau, bost, sei, zazpi, Real!!!” Que hasta el discjockey terracero se animó y nos puso el himno: “Txuri-urdin, txuri-urdin maitea…”, que si digo la verdad la última vez que lo canté fue en enero en la Consti, en la Arriada del día de San Sebastián, agarrados todos los colegas y donde también agarré una buena, sí. Con el himno de la Real sonando, los tres firmes con una mano en el corazón y la cerveza en la otra, ha salido el vecino de enfrente, el que ha colgado el banderín del Athletic, para decir que hacíamos ruido. Y ahí, Imanol, gure entrenatzailea, ha estado atento y le hemos cantado, alzando las cervezas y dando botes, no de balón precisamente, eso de “Quédate, quédate en tu casa, quédate, quédate en tu casa... te piras y te tomas un respiro”. Ha sido el primer partido disputado sin pelota pero creo que hemos ganado porque al cántico se ha ido sumando todo el bloque. Desde la vecina cotilla, al del bricolaje pasando por el niño de arriba. Y hemos celebrado con aplausos que el tío se ha metido en casa. Luego ha venido la poli y, como no era el cumpleaños de nadie, nos hemos disuelto.