donostia - Al escultor estadounidense Richard Serra le gusta que el observador establezca una relación con sus obras. Quienes visiten el Palacio Miramar podrán hacerlo con Five Plates Counter Clockwise, instalada ayer en este espacio por un periodo indefinido.

Esta obra, de 8.500 kilos, es propiedad de la galería de arte bilbaina Carreras Múgica y la ha cedido en depósito de San Telmo, en principio por un mínimo de dos años, aunque la intención es que permanezca en su nuevo emplazamiento por mucho más tiempo.

La escultura, formada por cinco piezas de acero laminado en caliente de idéntico tamaño (1,70 metros de alto por 2,5 de largo) y unidas por un mecanismo central, llegó ayer desde Suiza y fue montada sobre una estructura de hierro hormigonada.

Se ha situado en el lado oeste, junto a la entrada del palacio y sobre el pavimento de gravilla de la parte trasera donde hay una cierta inclinación, un espacio elegido por San Telmo, que desde que sus propietarios le propusieron esta cesión hace tres años ha estudiado otras posibles ubicaciones, como el monte Urgull e Igeldo.

Finalmente se ha optado por un lugar en el que la obra de Serra se incorpora al “diálogo” que mantienen El peine del viento, de Eduardo Chillida, y la Construcción vacía, de Jorge Oteiza, desde los dos extremos de la bahía de La Concha, y al que se sumó en 2015 en Sagüés la Paloma de la paz, de Néstor Basterretxea.

“Creemos que va a enriquecer mucho el recorrido de escultura pública de la ciudad”, aseguró, en declaraciones a los periodistas, la directora de San Telmo, Susana Soto, que recordó que este espacio acoge otra obra propiedad de Carreras Múgica: Estela de Gernika II, de Chillida, que se encontraba en un almacén suizo y que se instaló en el claustro del museo en abril de 2018. - Efe