La galería donostiarra Altxerri realiza un homenaje a la artista madrileña, afincada en Navarra, Elena Asins (Madrid, 1940-Azpirotz, 2015), que donó tras su muerte parte de su obra al Museo Reina Sofía, una cuidada muestra de esta artista plástica, conferenciante y crítica de arte, considerada como madre del arte conceptual, serial, y generativo. Premio Nacional de Artes Plásticas y Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes del Gobierno de España, basó su lenguaje plástico en el cálculo sistemático de las nuevas tecnologías, siendo una de las primeras artistas en utilizar los ordenadores como herramienta de trabajo a partir de 1967.

Amiga del escultor Jorge Oteiza, desarrolló numerosas propuestas sobre la seriación del cuadrado, como la llevada a cabo en el malecón de Zarautz, utilizando el blanco y negro como premisa de las mismas. Mujer crítica con el panorama de arte español, su obra, pese a ser reconocida en numerosos museos, es poco conocida por el gran público.

Rigor compositivo y depuración formal hunden sus raíces en el constructivismo y las vanguardias artísticas, desarrollando una obra depurada, generativa, y serial, austera y cargada de significados semióticos y lingüísticos, aplicables a las artes plásticas y literarias, al urbanismo y la arquitectura.

La exposición presenta cuatro extensos paneles de su serie Canons (1989) compuestos por figuras que giran y se recomponen en el tiempo, de gran sobriedad y lirismo. A Asin siempre le ha interesado el tiempo, mientras a los escultores del País Vasco les ha interesado más el espacio.

Figuras geométricas dedicadas a Wittgenstein e impresas en cartones de colores pertenecen a su serie elaborada en su estancia en la Universidad de Columbia. Y también se presenta una rotunda serie en negro y gris, a base de algoritmos y figuras geométricas recompuestas de su serie Canons, cercanas a sus esculturas realizadas para Zarautz.

En la parte superior de la galería están algunas excelentes celosías de sus obras más depuradas, seriales y exquisitas. Formas negras y blancas se suceden en el tiempo, con una precisión geométrica y musical de verdaderos aciertos, haciendo del enrejillado la cuchilla del tiempo, que se sucede en el espacio de modo generativo y arquitectónico. "Siempre pienso con computador, es mi cerebro y mis manos" y "He manejado pocas obras, doce, o, trece. Las aparco, las retomo, pero siempre cambian y se transforman, la serie, la escala, el color, el material" son frases dichas por la autora en Azpirotz en el año 2000.