La ciencia de las soluciones imaginarias y las leyes que rigen las excepciones. Así definió su creador, Alfred Jarry, el concepto de la patafísica a finales del siglo XIX, y que posteriormente tuvo su apogeo a mediados de los años 50 del pasado siglo con el Colegio de Patafísica fundado en Francia por sus admiradores.

El artista Alberto Palomera (Barakaldo, 1962) se enamoró de la patafísica hace diez años cuando la descubrió, y tras la publicación de un libro sobre este concepto el año pasado -que acaba de reeditar con nuevos gráficos- ahora expone en el Photomuseum de Zarautz hasta el próximo 25 de marzo su muestra Patafísica.

Tal y como explica el creador de la obra, la exposición es un homenaje a Alfred Jarry, a los fundadores de la escuela y a la patafísica, y la muestra reúne unas 32 obras aproximadamente, de gran formato, basadas en la integración de elementos extrapictóricos con materiales fotográficos, aglutinantes y pigmentos que muestran cómo se debe actuar y mirar de modo patafísico. “Es una obra muy objetual, con obras pictóricas fotográficas y escultóricas, y la mayoría de ellas se basan en objetos. Hay una serie de cuadros que representan el nacimiento de la patafísica, otras hablan de la obra teatral de Jarry, Ubú Rey, y otras hablan de los paseos de Jarry en bicicleta por París. Asimismo, hay bastantes libros porque la patafísica nació de la literatura y he querido hacer mención a esos libros”, señala el autor.

Además, el artista ha contado con la colaboración del músico Kepa Junkera, que ha compuesto para esta muestra un tema musical, Suite Patafísica, en cuatro movimientos. El Photomuseum acogió el pasado viernes una velada de lo más especial, el primer simposio de patafísica vasca. “Es todo un hito en nuestra cultura que un músico vasco componga algo sobre un concepto artístico francés fuera de lo común”, subraya Palomera. Además de la peculiar exposición, los espectadores podrán adquirir tanto el libro como el disco en el museo de la fotografía.

Pero, ¿qué es la patafísica? Así lo explica Palomera: “Es un movimiento de resistencia del individuo contra toda forma de abuso de poder. La patafísica está en contra del brutal populismo que vemos triunfar en todo el mundo gracias a los eslóganes publicitarios y los medios de comunicación. Este movimiento se plantea como un sistema de resistencia psicológica, un escudo de resistencia mental contra lo establecido”. En definitiva, según el autor de la obra, la patafísica es una defensa del principio de la libertad de expresión y le interesa la excepción en lugar de la regla. “Por eso recomienda precisamente la imaginación fantástica como la mejor arma de defensa para preservar, por lo menos, la autonomía de nuestro pensamiento y, por eso, es una ciencia que busca respuestas en el poder creativo, la imaginación, la paradoja, la ironía y la sátira”, detalla.

Asimismo, la patafísica busca divertirse y bebe del teatro del absurdo. “A mí como patafísico me interesa mucho el teatro del absurdo, la inutilidad de las cosas para que luego sean más útiles que nada. El hacer cosas inútiles hace a los creativos hacer cosas realmente útiles para el arte, por lo tanto, es clave”, subraya Palomera.

En palabras del artista, Alfred Jarry fue “el precursor de todas las vanguardias” y todos le veían como “un profeta”. “A Jarry le gustaba mucho pasear en bicicleta en París por la noche y es un elemento importante en la exposición. He tuneado una bici y le he sustituido las ruedas por cuadros, en las que he intentado llegar a interpretar la cuadratura del círculo”, explica el autor de la obra.

Escuela patafísica

Palomera es un artista multidisciplinar de dilatada trayectoria que sale del marco pictórico para crear obras en las que la técnica artística es un medio para transmitir una filosofía de vida. De hecho, él mismo se define como “teórico del arte”: “No pinto lo que me sale, hago justo lo contrario. Yo para crear tengo que documentarme mucho y después voy a la acción para ponerlo en conocimiento del público”. Crea obras con un carácter muy conceptual que, a su juicio, “quizás son difíciles de ver a primera vista, son obras a las que hay que dedicar bastante tiempo a su observación”. “Me interesa que el público dedique tiempo a las cosas”, apunta.

En ese sentido, en la exposición hay una pieza sobre la escuela patafísica vasca de alto rendimiento que ha inventado él mismo para aprender lo que es la patafísica. “Me he basado en las misiones pedagógicas de la República en las que llevaban la cultura a los pueblos. También soy profesor y me interesa mucho, no adoctrinar como tal, pero sí enseñar al público a mirar de otra manera”, señala.

Esta muestra arranca en el Photomuseum de Zarautz, y aunque aún no tiene más fechas cerradas, el artista pretende llevarla a más lugares porque “tiene un trasfondo cultural importante para transmitir”. Además, el artista tiene prevista una exposición llamada Fenómenos infraleves en el Ateneo de Madrid para el próximo mes de mayo, una obra que tiene que ver con los fenómenos casi imperceptibles, para poner en valor lo que casi no se ve.

La exposición se podrá visitar hasta el 25 de marzo de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00, de martes a domingo. Además, los miércoles y los viernes la entrada al museo es gratuita.