‘Lady Macbeth’, una tragedia “épica y radical”

Donostia - Lady Macbeth, la segunda ópera prima de la jornada de ayer, lleva la firma del británico William Oldroyd. Su amplia experiencia escénica se percibe en un debut de puesta en escena teatral que también concitó la adhesión de crítica y público, que disfrutaron de este asfixiante drama ambientado en la Inglaterra rural de 1865. Su protagonista, Katherine, es dada en matrimonio a un hombre rudo y amargado que la desprecia. Resuelta a rebelarse contra su destino, inicia un romance con un criado de la casa, por cuyo amor la mujer hará “lo que sea”: incluso matar.

Alice Birch se ha ocupado de adaptar a la gran pantalla la novela Lady Macbeth de Mtsenk, obra del escritor ruso del siglo XIX Nikolay Leskov que fue utilizada por Shostakovich para componer la ópera homónima. El autor de aquel libro empleó el nombre del personaje de Shakespeare porque su Katherine “también era una mujer capaz de cambiar y rebelarse contra la situación que le había tocado vivir”. “Es una obra dramática radical que resulta épica. Transcurre en el pasado pero espero que la película refleje los vínculos y paralelismos contemporáneos”, afirmó el director.

El filme cuenta con una exquisita dirección de fotografía y una elegante puesta en escena, con planos cuidadísimos y una cámara que evoca la “vida interior” de la protagonista: cuando el objetivo es reflejar su “aislamiento” se utiliza un “encuadre formal”, mientras que cuando Katherine “empieza a despertar” la cámara se desplaza con ella.

También es el primer trabajo en el cine de la actriz Florence Pughm, que no posee formación teatral pero ha realizado algunas incursiones televisivas. Desde ayer cuenta con serias opciones para hacerse con la Concha de Plata gracias a una protagonista dulce, fría y feroz a partes iguales. A su juicio, Katherine no nació siendo una asesina, pues al inicio aparece como una “mujer entusiasta, joven e ingenua”. Al negársele el amor, el sexo y la maternidad, se rebela y lo busca en otra persona. Sin embargo, “se pasa de rosca y va más allá”. - Juan G. Andrés