En ocasiones, las personas afrontamos situaciones que nos hacen perder toda fe y esperanza, en las que todo aquello que nos sostiene se desvanece. Una crisis de salud, un problema familiar o un dilema emocional pueden hacer que nos sintamos sin opciones y preguntándonos por el sentido de la vida. Christy Beam, una madre de Texas, se hallaba en esa situación cuando comenzó a escribir su autobiografía Los milagros del cielo. Hasta ese momento, había tenido una vida feliz junto a su marido y tres hijas preciosas. Entonces, su hija mediana, Annabel, enfermó. Le fue diagnosticada una enfermedad rara e incurable que le impedía digerir alimentos. Todos los esfuerzos por sanar a su hija parecían fracasar, pero Christy no se dio por vencida.
De repente, una impactante caída de cabeza de diez metros en el interior de un álamo hueco, que además se convirtió en un rescate mediático, dio como resultado una recuperación que ningún científico pudo explicar. De alguna manera, su software se reinició, el dolor se hizo mucho más soportable y finalmente desapareció. Pero aquello no fue más que el principio, ya que el suceso, aparentemente excepcional, transformó el día a día de la familia.
Christy comenzó a ver cómo muchos milagros cotidianos habían ayudado en su camino: desde la amabilidad de un desconocido a la compasión de un médico brillante, pasando por las conversaciones francas que le reafirmaban en sus propósitos y renovaban las creencias de la familia. “Solía pensar que un milagro llegaba como un relámpago, un destello de luz o una voz de trueno; sin embargo, ahora sé que un milagro también es la bondad, es el amor, es cuando hay cosas que no tienen por qué salir bien y lo hacen? La vida está llena de pequeños milagros”, afirma Beam.
Del papel a la pantalla El manuscrito llamó rápidamente la atención de una editorial y, antes de que el libro llegara a las librerías, el cine se interesó por la historia. Los productores del éxito de 2014 El cielo es real, Joe Roth, T. D. Jakes y DeVon Franklin, creyeron que el relato de una familia luchando por lo imposible y afrontando preguntas universales sobre la vida, la muerte y su significado podrían llegar al espectador.
Los productores reclutaron al guionista Randy Brown, que había escrito anteriormente el drama de béisbol de Clint Eastwood Golpe de efecto. Brown redujo la historia a un tenso relato en el que el progresivo suspense se combina con un retrato de familia en el que todos se apoyan en las dificultades. Para la dirección, se contó con la realizadora mexicana Patricia Riggen, que había llamado la atención con el drama La misma luna y dirigió la película sobre el accidente minero en Chile Los 33.
El papel de madre coraje recayó en la ganadora del Globo de oro Jennifer Garner, que ha participado en películas de acción (La sombra del reino) y comedias brillantes como Juno, además de actuar junto a Matthew McConaughey en la ganadora de un Óscar Dallas Buyers Club.
Tras un extenso proceso de casting, la niña elegida para dar vida a Annabel fue Kylie Rogers, quien participó recientemente en la serie de Steven Spielberg Invisibles. Martin Henderson (Everest, The red road) es Kevin Beam, un padre comprometido con su familia y con una fe inquebrantable; la cantante rapera y actriz Queen Latifah es Ángela, personaje basado en una amiga real que Christy hizo en Boston; la estrella mexicana Eugenio Derbez es el doctor Nurko, una eminencia médica que además destaca por el trato a sus pacientes; y el veterano actor John Carroll da vida al pastor Scott, una persona que da su apoyo a la familia Beam.