El centro de Donostia recibió ayer a mediodía a grandes masas de gente para celebrar la inauguración de la Capitalidad como mejor saben los donostiarras: con una tamborrada. Más de 6.500 personas de 137 compañías se volvieron a poner los trajes que utilizaron el pasado miércoles y se reunieron en la playa de La Concha, para celebrar la llegada de Donostia 2016 tocando tambores y barriles. El buen tiempo hizo que fuera una atracción ideal para el público, que abarrotó la barandilla de La Concha desde el Atlético San Sebastián hasta Alderdi Eder, aparte de muchas personas que decidieron bajar a la playa. A pesar de que hace un año no hubo excesiva sintonía entre las tamborradas y Donostia 2016, el buen tiempo y el ambiente festivo consiguió que en La Concha se reunieran más participantes que los que estaban previstos en un primer momento.

A las 12.00 horas comenzaron a llegar los primeros tamborreros y se fueron colocando por barrios, mientras por megafonía, un incansable locutor se animaba a ensayar y animar la fiesta. Uno de los primeros en llegar fueron los de la tamborrada La Espiga del centro. Coro Castro, la abanderada de la compañía, lleva varios años saliendo la madrugada del día 19, pero el cansancio de hace tan solo tres días no le desanimó para participar en este evento inaugural. “Me ha gustado mucho la idea de hacer esta tamborrada, ya que la Capitalidad es algo muy importante y considero vital que se marque la identidad y las tradiciones de los donostiarras”, apuntó. A su juicio, todo lo que se haga es poco para un evento de esta envergadura; por eso mismo apoyó que se toque el Himno de Europa. “No me gusta, me parece aburrido, pero creo que tenemos que tocarlo”, aseguró.

Manu Idiáquez, gastador de la compañía Gizartea, se mostró de acuerdo con Castro. En su opinión, el himno de Europa “no es muy festivo”, pero había que hacer algo por la Capitalidad. Por su parte, en su compañía advirtió opiniones encontradas sobre el hecho de celebrar una tamborrada tan pocos días después del día de San Sebastián, pero él no tuvo ningún problema. “Además, no sé si había tanta gente en contra, no será para tanto, no hay más que ver la cantidad de personas que nos hemos reunido”, apuntó.

Por su parte, Trini Portugal, de la compañía La Anunciata 75, salió por primera vez en la tamborrada el pasado miércoles, y no dudó en repetir el día de la gran inauguración de Donostia 2016. “Me parece una muy buena idea, porque así todos los ciudadanos podemos ser parte de la fiesta, pues la participación ciudadana es muy importante”, apuntó. Patxi Muñoz, un joven del colegio La Asunción, no parecía muy de acuerdo. “Hoy estoy mucho más cansado y con menos ganas, no sé si es bueno celebrar dos tamborradas con tan poco tiempo de diferencia”, señaló. Ese cansancio no se notó tanto en los más pequeños, como Kyra y Alejandra, de 8 y 9 años, que disfrutaron al máximo del día. “Si estuviésemos entre el público nos moriríamos de envidia”, comentaron.

Para las 13.00 horas, tanto niños como adultos ya habían comenzado a tocar el Himno de Europa, y después de varias piezas populares de la tamborrada, tocaron al son de la Marcha de San Sebastián, mientras entre el público se escuchaba a más de uno decir: “Tengo los pelos como escarpias”.