Bajo Ulloa se ríe de una España “chapucera” en ‘Rey Gitano’
El director alavés regresa a su faceta más cómica en su nueva película, que se estrena el día 17
madrid - El creador de Airbag, Juanma Bajo Ulloa (Vitoria, 1967), rompe once años de silencio cinematográfico con Rey Gitano, un regreso a su faceta más cómica y gamberra en la que repite con Karra Elejalde y Manuel Manquiña, ahora convertidos en sendos detectives privados en horas bajas.
Rodada el verano pasado entre el País Vasco y Andalucía, Rey Gitano llevará a los cines, a partir del próximo día 17, un humor disparatado inspirado en la España más “chapucera” y “pícara”, y con referentes a aquella comedia de los 90 que se convirtió en película de culto, según explica a Efe su director.
“La primera chispa de Rey Gitano saltó el día que vi a Karra y Manuel juntos en el plató de Airbag (1997). Se paralizó el rodaje. Eran dos energías tan poderosas y tan cómicas que hasta los eléctricos paraban de trabajar para ver qué hacían”, recuerda.
“Desde entonces he querido hacer una película con ellos como protagonistas”, prosigue. La otra razón que le ha impulsado ha sido sencillamente la lectura de la prensa diaria. “El pícaro de toda la vida, desde el Siglo de Oro español, lo tenemos ahora a diario en los periódicos”, afirma.
En Rey Gitano, ese pícaro es Arturo Valls, un gitano golfo y seductor que recurre a la pareja de detectives fracasados para encargarles una misión relacionada con el futuro de la monarquía española. Bajo Ulloa admite que le resultó complicado hallar un actor para este papel. “Tenía que ser un tipo con buena planta, un galán, que además tuviera gracia y que fuera buen actor. No se me ocurría nadie, y fue mi madre quien me sugirió el nombre”, confiesa el director. “Luego Arturo me convenció, con ese don que tiene para convertir en cómica cualquier cosa”.
Manquiña y Elejalde, que también demostraron su química juntos en Año Mariano (2000), aseguran que Rey Gitano no es para nada un Airbag 2, ni en ritmo ni en narrativa, aunque tiene elementos del universo de su director y guionista.
“Es el mundo de Juanma -dice Manquiña-: chicas descocadas y comedia gamberra. Si bien es cierto que el país ha cambiado y quizá las cosas que podían ser provocadoras en los 90 ahora no lo son. Igual tú te crees muy gamberro y hay otros más jóvenes con propuestas más gamberras que las de unos señores de 60 años, las cosas como son”, comenta.
En referencia a esa parte “chapucera” que representan sus personajes, Elejalde -ganador del Goya al mejor actor de reparto por Ocho apellidos vascos- subraya que no deja de ser una parodia con su parte de verdad. “Cuando una cosa es una cosa hay que asumirlo, nos guste o no, somos eso”, dice.
El reparto de Rey Gitano se completa con María León, Rosa María Sardá, Charo López y Albert Plá, entre otros. “Me interesan mucho los secundarios -explica Bajo Ulloa-. Me encantaban esas películas de los años 50 españolas con todos esos secundarios maravillosos”.
Su anterior largometraje de ficción estrenado fue Frágil (2004), una historia más íntima y romántica que no tuvo demasiada buena acogida y que supuso un varapalo financiero para su autor, que la financió personalmente. Después de aquello, varios proyectos en los que estuvo involucrado no terminaron de fructificar, como una adaptación de Capitán Trueno o un proyecto de comedia “complicada” que después de cinco años se vino abajo por la crisis.
Libertad “Prefiero pecar de prudente que de excesivo. Para meterme en un proyecto se tienen que dar dos circunstancias: tener algo interesante que contar y, en segundo lugar, poder rodar en libertad. Y esas circunstancias no suelen darse”, señala. “Se ha provocado una situación muy extraña en este país, donde la cultura está en manos de unos pocos”, denuncia el cineasta, que ha financiado este filme de manera privada.
“Las grandes televisiones deciden las películas que se hacen y tienen una influencia extraordinaria. Siendo honestos, eso provoca una estrechez enorme en la cultura y está provocando que nuestro cine no sea lo que debería ser”, añade.